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Despojarnos Del Viejo Hombre

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YouVersion utiliza cookies para personalizar su experiencia. Al usar nuestro sitio web, acepta nuestro uso de cookies como se describe en nuestra Política de privacidadEn cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.El creyente necesita aprender a pensar con la mente de Cristo (1 Corintios 2:16), lo cual equivale a desarrollar una mentalidad bíblica, una perspectiva teológica, vale decir, una mentalidad regida por principios Escriturales. Para ello, el creyente requiere estudiar y meditar la palabra de Dios, ya que esta es dada para corregir y transformar la forma de pensar, para desarrollar una mente espiritual.En Romanos 12:2 el apóstol Pablo hace un similar llamado:”No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.Cambiar la mentalidad es, pues, fundamental para generar cambios en la conducta, porque las personas actúan de acuerdo a como piensan. Detrás de los comportamientos y actitudes está una creencia, paradigma o mapa. De modo que, si se quiere cambiar la conducta, se necesita cambiar la forma de pensar.

¿Qué quiere decir Efesios 4 11?
No hay ningún otro camino a Su cuerpo. Una vez en él, cada miembro tiene una contribución que hacer, y, al obrar cada miembro en lo que Dios le ha dado a él o ella para que haga, el cuerpo completo funciona. Cuando Pablo la describe como un edificio, deja claro que es un edificio vivo y creciente.
Para vestirse del nuevo hombre el creyente necesita cambiar su forma de pensar. Necesita renovar su mente (Efesios 4:23), no solo como un cambio del modo de pensar, sino también del contenido de los pensamientos. No se trata de reajustar la vieja manera de pensar, sino de adquirir una nueva mentalidad. Una de las características del viejo hombre es su entendimiento oscurecido que le impide percibir y razonar las realidades espirituales (Efesios 4:16-17). By submitting your email address, you understand that you will receive email communications from Bible Gateway, a division of The Zondervan Corporation, 3900 Sparks Drive SE, Grand Rapids, MI 49546 USA, including commercial communications and messages from partners of Bible Gateway. You may unsubscribe from Bible Gateway’s emails at any time. If you have any questions, please review our Privacy Policy or email us at [email protected] trabajo de un apóstol era el declarar el cuerpo completo de verdad en cuanto a Jesucristo. Esos son los fundamentos. ¿Cómo entras en la iglesia? Entras en ella al creer en la verdad. La diferencia entre un cristiano y uno que no es cristiano es la diferencia entre un creyente y uno que no cree. Si eres un creyente en la verdad sobre Jesucristo (que ciertamente significa más que un asentimiento intelectual un compromiso de la voluntad también) estás en la iglesia. Estás basado en los fundamentos. ¿Qué son los fundamentos? Es lo que crees sobre Jesucristo; y los apóstoles pusieron los fundamentos. Es la verdad apostólica. Encontramos estos fundamentos en el Nuevo Testamento. “Nadie puede poner otro fundamento”, dijo Pablo, “que el que está puesto, el cual es Jesucristo” (1 Corintios 3:11). Lo que los apóstoles dicen sobre Jesucristo son los cimientos de la iglesia, y lo que dicen sobre Jesucristo está registrado para nosotros en el Nuevo Testamento. Esto viene de las manos de los apóstoles, y toda la iglesia descansa directamente sobre ese fundamento. Si no descansa ahí, ciertamente es una estructura muy débil e insegura. Hoy muchos se están apartando de los fundamentos y, como resultado, han perdido cualquier nota de autoridad o de seguridad. Es solo al descansar la iglesia sobre la base de la fe enseñada por los apóstoles que hay cualquier certeza o fuerza. Los puntos de vista humanos o las opiniones no hacen ninguna diferencia; lo que dice el conocimiento moderno, o qué descubrimientos nos abra la ciencia no cambian los fundamentos. Fueron puestos de una vez por todas hace mucho tiempo, y es sobre estos que la iglesia construye. Lo que nos interesa es lo que enseñaron los apóstoles. Esa es la gran y final verdad, “conforme a la verdad que está en Jesús” (Efesios 4:21). Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,Por eso, ya no sois extranjeros ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo. En él todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu. (Efesios 2:19-22)

Enlazado con esto está el trabajo del pastor y maestro. Estos también son llamados ancianos en las Escrituras, así como supervisores u obispos. Pasa que la palabra supervisor y obispo son la misma palabra griega; es simplemente traducida de dos formas distintas. “Obispo” es la palabra española para episcopus, y el significado literal de eso es “supervisor”. Los ancianos u obispos están siempre limitados a una localidad, un grupo de cristianos, una iglesia. Un hombre que era un anciano en una iglesia no era también anciano en otro sitio. Podía ser un anciano o un pastor y maestro en solo un sitio. Ni eran estos siempre hombres que dedicaban su tiempo completo a este ministerio. En esta iglesia no tenemos un solo pastor, ni tres, sino trece. Están llamados a ejercitar el don de un anciano, el don de pastor, un pastor que enseña. Estos son ancianos que gobiernan.
Nunca podremos entender la iglesia a menos que entendamos esa verdad. La iglesia es donde Dios mora, donde está obrando hoy. Por eso mucha gente, buscando descubrir a Dios en el universo, dice que está muerto. El problema es que no tienen Su dirección; no saben dónde vive. Pero está muy activo por medio de Su cuerpo, el edificio hecho para Él por el Espíritu Santo. Si pensamos en la iglesia como un cuerpo, entonces, en este pasaje en Efesios 4, estamos estudiando la fisiología de ese cuerpo: cómo operan los órganos, cómo el cuerpo funciona junto, cómo está coordinado para hacer una sola cosa. Si pensamos en la iglesia como un edificio, entonces estamos estudiando el proyecto, la arquitectura de él, el plan del diseñador.Entonces nos encontramos con el tercer ministerio aquí: evangelistas. Esto está conectado con los pastores y maestros. Los evangelistas y los pastores y maestros trabajan juntos, justo como los apóstoles y profetas trabajan juntos. En el cuerpo como una unidad, los evangelistas y los pastores y maestros trabajan con individuos dentro de la iglesia. Los evangelistas están implicados en el comienzo de la vida cristiana, mientras que los pastores y maestros están implicados en el desarrollo y el crecimiento de esa vida. Por lo tanto, los evangelistas son básicamente obstetras, teniendo que ver con el nacimiento, y los pastores y maestros son pediatras, teniendo que ver con la dieta, las enfermedades, y la necesidad de aire fresco y ejercicio. Para regresar a la figura de un edificio, un evangelista es el trabajador en una excavación, el hombre en una cantera que excava la roca, que la libera de su estructura básica y la rompe, separándola de la roca en pedazos más pequeños. El pastor que enseña entonces se vuelve el albañil, aquel que le da forma a la roca, la pone en su forma apropiada y la pone en el sitio apropiado del edificio, de acuerdo al plan del Arquitecto. Ese es el trabajo de estos dos dones juntos en el cuerpo de Cristo.

Mucha gente hoy posee el don de un evangelista, tanto hombres como mujeres. Pueden ejercitarlo en cualquier sitio. No tiene que ser hecho en reuniones masivas. El ministerio de Billy Graham no es el único tipo de evangelismo que hay. El don de evangelista puede ser ejercitado para un solo individuo, como ves en las Escrituras cuando Felipe le habló al eunuco etíope y le contó sobre la gracia de Jesucristo. Un evangelista puede ejercitar su don en cualquier sitio.

Hay algunos en el Nuevo Testamento que también son ancianos, pero no son llamados a ser ancianos gobernantes. Esos incluirían ministerios tales como la escuela dominical, líderes de estudios bíblicos en casas, y los líderes de los grupos de niños y niñas. Cualquiera que ejercita el don de enseñar y pastorear dentro de la iglesia es un pastor que enseña, sea a tiempo completo en el trabajo o no.
Es el mensaje de esperanza y júbilo y gozo. La tarea del evangelista no es el ir denunciando el pecado. Puede llamar la atención de la gente a aquello que está causándoles tanta miseria y angustia en su vida, pero su trabajo no es denunciar el pecado. No es el vociferarle a la gente y decirles qué miserables criaturas son, y que Dios está esperando para quitarles la vida con relámpagos de juicio desde los cielos. No es el exponer los horrores de los fuegos del infierno, y colgar a los pecadores sobre ellos hasta que se retuerzan y tiemblen. Esa no es la tarea de un evangelista. (Esa es la tarea de un profeta, si es que se necesita que se haga.) El trabajo del evangelista es el hablar sobre la gracia abrumadora de Dios y lo que ha hecho en la vida humana, el amor incontenible del Padre que está llamando a la gente a que vuelva a Él y ofreciendo enderezar sus vidas torcidas cuando abran sus corazones a la gracia redentora de Jesucristo. Eso es un evangelista.Hemos visto que Pablo utiliza dos grandes figuras para la iglesia en esta carta a los Efesios. Primero, la compara a un cuerpo, un cuerpo humano de carne y huesos, articulado y coordinado, constituido de muchos miembros. También lo compara a un edificio que ha estado creciendo a través de los siglos como una morada para Dios. A veces parece mezclar las metáforas juntas. Habla sobre un edificio creciendo, pero los edificios no crecen; los cuerpos sí. Pero está tan ansioso por dejar esta verdad clara que su lenguaje se vuelve un tanto mezclado. Quizás lo hace deliberadamente, para que podamos captar el pensamiento de algo vivo, un cuerpo vivo, un edificio vivo. A veces mezclamos las metáforas así, como decir: “Le pusiste mantequilla a la tostada, así que, ahora túmbate en ella”, o “Has hecho tu cama, así que, cómetela”.Pues bien, se espera que todos los cristianos evangelicen, pero no todos tienen el don de un evangelista. Quizás pueda aclarar eso. Todos los cristianos evangelizan como testigos, pero un testigo es distinto a un evangelista. Un testigo simplemente es uno que cuenta lo que le ocurrió a él. Eso es todo. Se espera que cualquier cristiano y todos los cristianos relaten lo que les ocurrió, el ser capaces de dar un simple testimonio de lo que Jesucristo ha hecho. Esto es tan simple como el hablar sobre cualquier otra experiencia. Si puedes hablar sobre el gozo que fue casarse, cómo de maravilloso es tu esposo o esposa, tus hijos, tus nietos, también puedes ser testigo para Cristo. El hablar sobre estas cosas simple y naturalmente, eso es un testigo cristiano. Pero un evangelista va más allá. Un evangelista sabe cómo explicar el porqué y cómo de la gran historia redentora de Jesucristo. Es capaz de proclamar las verdades que producen un nuevo nacimiento. Está para siempre encargándose de la gran proclamación de que Dios no ha dejado al hombre en una condición desesperada, sino que ha preparado un camino a gran precio por medio de la cruz y la resurrección, por los cuales los hombres y las mujeres que luchan en su lucha sin fin en contra de las fuerzas deteriorantes de la vida puedan ser liberados y dotados de un nuevo comienzo y una nueva base para la batalla. Ese es el mensaje del evangelista.

Era la tarea entonces de los apóstoles y profetas el construir los cimientos de la iglesia. Tenemos la crónica en los evangelios que nuestro Señor llamó a doce hombres para estar con él (esa era su característica primaria) y mandarles a un ministerio especializado. Él es el que los llamó apóstoles. La palabra significa “enviar” o “uno que es enviado”. Esto es un apóstol. Los doce apóstoles fueron enviados por el Señor Jesús con una comisión especial y una autoridad especial. Al seguir su ministerio reconocerás que poseían una palabra de autoridad. En todas partes a donde fueron hablaron con autoridad. Ellos mismos estaban impresionados con esto. Volvieron al Señor y le dijeron como se regocijaron cuando descubrieron que los demonios estaban sometidos a ellos. Cuando hablaron, su palabra tenía autoridad. Esa autoridad es la marca especial de un apóstol. Más tarde hubo otros apóstoles. Pablo vino después de los doce y nunca perteneció a los doce originales. No tomó parte en su ministerio particular, aunque era verdaderamente un apóstol. Fue mandado a ser apóstol a los gentiles. Así como Bernabé, Silas, Timoteo y Tito. Estos también compartieron el ministerio apostólico.
Pero sea que la iglesia sea considerada como un cuerpo o un edificio, hay cuatro funciones dentro de él que son tan universalmente necesitadas y tan mutuamente compartidas que debemos de considerarlas independientemente de los otros dones que Cristo ha dado a Su pueblo. Estas cuatro funciones son llamadas aquí: “apóstoles, profetas, evangelistas, y pastores y maestros”. Estos dones constituyen lo que normalmente llamamos el ministerio, o más horriblemente, el clero. Ambos términos, por supuesto, están equivocados. La iglesia completa está en el ministerio, como puedes ver en este versículo. Estas cuatro funciones existen para el equipamiento de los santos “para la obra del ministerio”; por lo tanto, cada cristiano está en el ministerio. Esto no tiene nada que ver con si es a tiempo completo, a tiempo parcial o cualquier otra relación en cuanto al tiempo.

Existe el edificio y los cristianos individuales como miembros, piedras, dentro de ese edificio. El apóstol dice que a los apóstoles y profetas se les da el trabajo de formar los cimientos. De ellos es el ministerio cimentador de efecto extendido en el tiempo, sea que pensemos en los apóstoles originales o en los contemporáneos. El don apostólico todavía está siendo dado hoy, pero funciona en un sentido algo secundario en comparación a la de los apóstoles originales. En la figura de un edificio, la secuencia de tiempo es acentuada en esta ilustración particular. Pablo nos la da de nuevo en 1ª de Corintios 12:El periódico recientemente transmitió la sugerencia de un ministro, o clérigo, que fuera formado un sindicato de clérigos. Eso no tiene nada que ver con el Nuevo Testamento. No hay lugar para un sindicato de clérigos dentro del Nuevo Testamento. No existen como un grupo sino como individuos, dotados y situados dentro del cuerpo, para llevar a cabo una función particular que es necesaria para su crecimiento, vida y movimiento. En un mensaje previo, sugerí que estas cuatro funciones corresponden aproximadamente a los sistemas del cuerpo físico:

Hemos visto que no te conviertes en un miembro del cuerpo de Cristo al unirte a una iglesia. Te vuelves un miembro al nacer de nuevo por el Espíritu Santo por medio de la fe en Jesucristo. No hay ningún otro camino a Su cuerpo. Una vez en él, cada miembro tiene una contribución que hacer, y, al obrar cada miembro en lo que Dios le ha dado a él o ella para que haga, el cuerpo completo funciona. Cuando Pablo la describe como un edificio, deja claro que es un edificio vivo y creciente. Cada cristiano es una piedra añadida al edificio, una piedra viva, como Pedro dice en su carta (véase 1 Pedro 2:4-5). Cada uno es una parte vital en el gran templo que el Espíritu Santo está construyendo como una morada para Dios.
Todos somos llamados al trabajo del ministerio, y, por tanto, es inapropiado designar a este grupo como el ministerio, aunque se hace comúnmente. Es todavía peor el llamarles el clero, ya que esa palabra viene del latín clericus, que significa “un sacerdote”. De nuevo, cada creyente ha de ser un sacerdote en la iglesia de Jesucristo. Algunos eruditos sienten que el término deriva basicamente de la palabra griega “ser heredero”, como si el clero tuviera algún privilegio especial en el cuerpo de Cristo que nadie más tiene. Pero este es un malentendido total de las Escrituras. El clero no es mejor que ninguna otra persona en el cuerpo de Cristo; son cristianos ordinarios con una tarea especializada, eso es todo. No tienen mayores privilegios y ninguna autoridad mayor, como individuos dentro del cuerpo de Cristo, que cualquier otro cristiano. De hecho, no existen como un grupo independiente. Estas cuatro funciones no pueden apropiadamente clasificarse a sí mismas como un grupo particular distinto al resto de los cristianos.Dios entrena a los santos empezando con los líderes, quitándoles las asperezas y moldeándolos. El líder realmente no puede hacer mucho para ayudar a otros a menos que haya pasado por este tratamiento él mismo. Pero todo esto es necesario para moldearnos juntos, para construir este increíble edificio que Dios está construyendo hoy, esta gran estructura que en secreto está tomando forma a través de la historia, invisible al mundo. Dios está construyendo ese edificio que será para Su morada, no solo ahora, sino a través de la eternidad. Una de las cosas más asombrosas que está ocurriendo en la historia humana hoy es la estructura y edificación de la iglesia. Como cristianos, necesitamos volver nuestros ojos de la superficialidad a la realidad de esto: el oír y ver las cosas excitantes que Dios el Espíritu Santo está haciendo en medio de nosotros, la manera en la que está tomándonos y formándonos, modelándonos y perfeccionándonos, y colocándonos en nuestro sitio.

Hay, primero, el sistema estructural del cuerpo: los huesos y los músculos formando un esqueleto que hace posible que nos movamos y caminemos y actuemos. Esto corresponde a los apóstoles y su función en el cuerpo de Cristo. Forman los cimientos. Construyen la estructura básica que hace que el cuerpo de Cristo tome una cierta forma. Luego está el sistema nervioso en nuestros cuerpos: aquello que pone en acción, que estimula, que nos pone en alerta y activa. Si se vuelve hiperactivo padecemos una crisis nerviosa. Podemos fácilmente reconocer la importancia del sistema nervioso para el cuerpo. Se corresponde con el trabajo de los profetas en el cuerpo de Cristo. Ellos han de presentar la verdad frente a nosotros para ponernos en acción, electrizarnos, estimularnos, y motivar al cuerpo de Cristo. Después está el sistema digestivo, que corresponde a los evangelistas que hacen posible el crecimiento del cuerpo espiritual. El sistema digestivo toma la comida que es bastante diferente a la carne humana y la transforma en humana, haciéndola parte viva del cuerpo. Luego hay un sistema circulatorio, la sangre, que nutre y limpia nuestros cuerpos continuamente. Puedes ver que esto corresponde a los pastores y maestros que obran en el cuerpo de Cristo para nutrirlo y limpiarlo y mantenerlo funcionando apropiadamente. Nuestro tema es el edificio y el servicio de mantenimiento de la iglesia. Si estás un tanto sorprendido por ese título, déjame asegurarte: No estaremos hablando sobre el servicio de conserjería. El extraño título es un intento de enfocar tu atención en las palabras de Efesios 4, versículo 11, que marca el programa divino para coordinar, desarrollar y articular los dones y actividades de los miembros de la iglesia de Cristo, para hacerlo un instrumento efectivo en la sociedad humana. La iglesia nunca puede ser nada más que un grupo un tanto piadoso e inicuo de gente religiosa hasta que vuelva a su programa divino y se convierta en lo que Dios tenía la intención que fuera. Cuando lo haga, se convertirá en un elemento perturbador en la sociedad, un fermento revolucionario que hará el impacto más poderoso que puede ser hecho sobre cualquier comunidad. En el versículo 11, el apóstol Pablo dice en cuanto a Jesucristo: Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo. (Efesios 4:11-12)

No hay ninguna otra línea de verdad sobre Jesucristo. No hay ninguna otra información a ser dada sobre Jesús que la que ya han dado los apóstoles. No hay nada más. Si parece haberla, como les dice Pablo a los Gálatas: “es un evangelio diferente” (Gálatas 1:6b). No es la misma cosa. Es algo diferente. Aquí están los cimientos, y sobre estos la iglesia es construida, y de estos viene su fuerza. El don apostólico todavía está siendo dado hoy, y se necesita donde nuevas iglesias se comienzan. No es que ninguna nueva verdad esté siendo añadida a las Escrituras, sino que todo el cuerpo de verdad que es dado es tomado por aquellos que tienen el don apostólico y lo imparten a nuevas iglesias donde comienzan. Esta es siempre la tarea de un apóstol, el comenzar nuevas iglesias. Los llamamos misioneros pioneros hoy. A través del curso de la historia de la iglesia ha habido grandes apóstoles como Adaniram Judson en Burma, William Carey en India, Hudson Taylor en China. Estos son hombres que tenían el don apostólico y eran responsables de impartir la nueva fe a nuevas iglesias.
Ahora bien, junto con los apóstoles están los profetas. No todo el Nuevo Testamento fue escrito por los apóstoles, y nada del Antiguo. El Antiguo Testamento fue escrito por los profetas, y también hubo profetas en el Nuevo Testamento. Hombres tales como Marcos, Lucas, Santiago y Judas no eran apóstoles, pero, sin embargo, ayudaron a poner los fundamentos de la iglesia al escribir las Escrituras. Ellos son los profetas del Nuevo Testamento, y hay otros mencionados. El don del profeta difiere de el del apóstol en que el apóstol tiene la palabra de autoridad. Da una declaración con autoridad del cuerpo completo de verdad en cuanto a Jesucristo. Pero el don profético es el interpretar esa palabra de autoridad y así explicarla de tal forma que la verdad se vuelva clara, vital y convincente. La palabra profeta sugiere esa misma cosa. Viene de la palabra raíz que significa “hacer brillar”, con el prefijo pro, que significa “antes”. Alguien que se presenta y hace que la palabra brille, eso es un profeta. Esto es bellamente reflejado en la segunda carta de Pedro. Dice: “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro” (2 Pedro 1:19a). Esa es la tarea del profeta.Ese es el orden en el cual esos dones fueron introducidos a la iglesia. Aquí entendemos que Jesucristo, como Señor de la iglesia, ha dado el derecho de formar los cimientos a los apóstoles y profetas. Ahora bien, esto es supremamente importante. Cualquiera de ustedes en el negocio de la construcción sabe que una cimentación es de suprema importancia. No corres riesgos con los cimientos. Los construyes directa, segura y fuertemente, ya que todo el edificio va a descansar sobre esa base y va a derivar su fuerza de la solidez de ese cimiento. La misma cosa es cierta en la iglesia. El Señor Jesús dejo muy claro que si un hombre construye sobre la base incorrecta tendrá problemas. Un hombre construye su casa sobre la arena. La casa puede tener un aspecto muy bello, puede ser impresionante, espectacular, pero cuando llegan las tormentas, cae. Otro construye sobre la roca, y su casa se mantendrá (véase Mateo 7:24-27). Es en la base donde está toda la diferencia. El Señor ha diseñado cuidadosamente el cuerpo humano para que cada cristiano pueda llevar consigo una lección visual para entender la naturaleza de la iglesia. Tú tienes un cuerpo, y tu cuerpo es una imagen de la iglesia de Jesucristo. Ahora quizás sería instructivo el examinar esta misma cosa desde el punto de vista de otra figura que Pablo utiliza: la iglesia como un edificio. El apóstol claramente se refiere a las dos primeras funciones (apóstoles y profetas) en términos de la figura de un edificio. En el capítulo 2, versículos 19 a 22, dice: Ahora estos son los cuatro ministerios de desarrollo y entrenamiento de la iglesia. Unos pocos hombres, en el curso de la historia de la iglesia, han tenido todos los cuatro dones. Ciertamente el apóstol Pablo es uno. Pablo era un apóstol, ciertamente un profeta, y también un evangelista y pastor que enseña. Ejercitó todos estos dones en una ocasión u otra. Todo ellos son especialmente necesitados en el confuso mundo de hoy en día. Donde hay debilidad aquí, es probable que haya debilidad en la iglesia. Donde hay fuerza aquí, esa fuerza será impartida a la iglesia completa, y la iglesia se volverá poderosa de nuevo. Estos hombres son colocados por Jesucristo dentro de la iglesia para ejercitar estos dones particulares. Están ahí para equipar a los santos para el trabajo del ministerio. Eso no es fácil de hacer. Los santos pueden ser gente muy difícil a veces. Contra la opinión popular, los santos no están hechos de yeso. A veces están hechos de materiales muy duros y resistentes. Ciertamente no están hechos de azúcar y especias y todas las cosas bonitas. Se asemejan más cercanamente a las ranas, caracoles y rabitos de perritos. (Todo esto tiene que ver con un dicho popular en inglés, que dice que las niñas están hechas de azúcar, especias y cosas bonitas pero los niños en cambio están hechos de ranas, caracoles y rabitos de perritos.) Los sant
os a menudo están hechos de una dureza terca, más dura que los diamantes, y de pereza, más lentos que la Navidad. (Esto también es un dicho popular.) ¡En otras palabras, están hechos de las mismas cosas que los pastores y maestros!

En nuestro próximo estudio juntos comenzaremos en este punto y veremos como el Espíritu Santo utiliza estos cuatro funcionarios dentro de la iglesia para equipar a los santos, para perfeccionar a los santos para la obra de su ministerio.

Pero, además, hay aquellos que pasan su tiempo en administración o gobernación. Están los principales líderes de la iglesia, los ancianos gobernantes. Pues bien, ¿cómo gobiernan? “No como teniendo señorío”, dice Pedro, “sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey” (1 Pedro 5:3). No han de ser jefes. No han de decirle a la gente lo que tienen que hacer, como la autoridad final y lo que ellos dicen ha de hacerse. El Señor Jesús mismo le dijo a Sus discípulos una vez: “Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas” (véase Marcos 10:42-45). Estos gobernantes de la iglesia no ejercitan su autoridad en ese sentido, como jefes en la iglesia. Han de gobernar como ejemplos, Pedro dice. Cuando hacen algo, otros serán motivados a hacerlo. Pero si los pastores que enseñan no muestran en sus propias vidas un ejemplo de lo que enseñan, no tienen ninguna otra autoridad. Su autoridad viene de su espiritualidad, de su relación espiritual con Dios. Si pierden esa espiritualidad, también pierden su autoridad. No es el puesto que les da el derecho a gobernar; es el hombre y su don frente a Dios.
Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles[Eso no significa primero en rango; significa primero en secuencia histórica: Primero, apóstoles], luego profetas, lo tercero maestros,… (1 Corintios 12:28a)16 de quien, todo el cuerpo, bien ajustado y ligado entre sí por todas las coyunturas que lo sustentan, según la función adecuada de cada miembro, crece, edificándose en amor.

13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;

¿Qué características tiene un hombre viejo?
Saben sacar provecho y adquirir experiencia de los acontecimientos ya vividos en el pasado, aunque sean tristes. Tienen buena capacidad de comunicación y entendimiento con otras generaciones. Tienen capacidad de relacionarse con los demás, y de establecer relaciones sociales gratificantes y provechosas.
Hay un Señor, una fe y un bautismo — Los apóstoles y los profetas son esenciales para la Iglesia — Se exhorta a los santos a vivir rectamente — Ellos son sellados para el día de la redención.

14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que, para engañar, emplean con astucia las artimañas del error,
32 Más bien, sed benignos los unos con los otros, misericordiosos, perdonándoos los unos a los otros, como también Dios os perdonó a vosotros en Cristo.“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”, Efesios 4:22-32

¿Qué dice en Hebreos 13 17?
17 aObedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta, para que lo hagan con alegría, y sin quejarse, porque esto no os es provechoso.
Permaneced firmes en la libertad del Evangelio — Buscad la fe, el amor y también a Cristo y al Espíritu — Se nombran las obras de la carne y los frutos del Espíritu.

¿Qué nos dice 1 Pedro 2 2?
2 desead, como aniños recién nacidos, la bleche espiritual pura, para que por ella crezcáis para salvación, 3 si es que habéis aprobado la benignidad del Señor.
17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisierais.11 En cuanto a mí, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? En tal caso, se habría quitado el escándalo de la cruz. 10 Yo confío con respecto a vosotros, en el Señor, que no pensaréis de ninguna otra manera; pero el que os perturba cargará con la sentencia, quienquiera que sea. 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías y cosas semejantes a estas, de las cuales os advierto, como ya os lo he dicho, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios.13 Porque vosotros, hermanos, a libertad habéis sido llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.Para más información acerca del proceso de conversión, vea nuestros artículos titulados “¿Qué significa nacer de nuevo?” y “¿Cómo saber si tenemos el Espíritu Santo?”.

¿Qué es el viejo hombre en la Biblia?
22 en cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del aviejo hombre, que está viciado conforme a los bdeseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del anuevo hombre que es creado según Dios en la bjusticia y santidad de la verdad. Cached
Dios pide a los cristianos que se despojen del viejo hombre, del camino de vida pecaminoso, y lo reemplacen con una nueva vida y forma de pensar hecha posible por el Espíritu Santo morando en nosotros. El “viejo hombre” es sepultado simbólicamente en las aguas del bautismo, y al “nuevo hombre” le es dada vida a través de la imposición de las manos de un verdadero ministro y la recepción del Espíritu Santo.En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está corrompido por los deseos engañosos, renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre.

El primer paso en cuanto a experimentar lo que Dios desea para nosotros es reconocer esto. Despojarse de lo viejo, ése es el primer paso. El otro es reconocer las maravillosas posibilidades de una nueva vida. En esa frase “renovarse en el espíritu de nuestras mentes” encontramos la diferencia fundamental entre un cristiano y una persona que no lo es. Es verdad que a veces las personas que no son cristianas son conscientes de que hay cosas que están mal en sus vidas, pero sencillamente cambian la expresión que se refiere al mismo egocentrismo básico. Cambian la forma exterior, pero el problema sigue siendo básicamente el mismo.

Pero de todos los seres humanos, sólo los cristianos tienen la posibilidad de hacer algo totalmente diferente, viviendo conforme a un principio completamente distinto, porque han sido renovados en la actitud de sus mentes. Y eso sucede en la vida regenerada cuando el Espíritu de Dios entra en el corazón que cree en Jesucristo. Cuando creemos en Jesucristo y le recibimos como nuestro Señor y Salvador, somos renovados en las actitudes de nuestra mente. El nuevo ser se manifiesta entonces como semejante a Dios porque es la imagen de Jesucristo; es Su vida vivida en usted. De manera que adopte usted esa clase de vida, porque está a su alcance.
Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y toda malicia. Antes sed bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.Despojarse significa que hay algo de lo que tiene usted que deshacerse, algo que debe eliminar. Pablo está usando los términos más sencillos para ilustrar lo que debemos hacer en cuanto a la manera de pensar y de las actitudes en la vida. Es preciso que rechacemos estas suposiciones básicas que han sido las que han causado nuestros problemas, que las eliminemos y las rechacemos, despojándonos de ellas, de la misma manera que se quitaría usted la ropa sucia.

Las falsas concupiscencias nos engañan, porque creemos que nos harán felices. ¿Hay cosas que todavía seguimos haciendo porque no hemos renovado nuestras mentes en la Verdad que se halla en nosotros?
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está corrompido por los deseos engañosos, renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

El que robaba, no robe más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
Es preciso que hagamos esto, porque la corrupción en la vida tiene que ver con estas actitudes equivocadas. Pablo dice que la antigua manera de vivir es corrupta y degenerada. Está muerta; es asquerosa, egoísta, desgraciada y temeraria. Estas son las cosas que han hecho que la vida resulte desgraciada o miserable. Él enfatiza el hecho de que podemos reconocer estas actitudes por la manera en que se manifiestan y que son “codicias engañosas”. Por desgracia, esta palabra codicia es un término que se interpreta de manera muy equivocada en nuestros días, porque normalmente la relacionamos con algo sexual, pero esta palabra es mucho más amplia que eso, ya que significa un estímulo causado por un impulso básico. Nos acercaremos más al significado esencial de esta palabra si usamos el término estímulo o impulso. Estos estímulos engañosos los sentimos constantemente cuando reaccionamos ante diversas situaciones en las cuales nos encontramos.Despojarse de la pasada manera de vivir y renovarse mediante la nueva manera de vivir es un principio por medio del cual las posibilidades que están en Cristo pueden resultar evidentes en nuestra experiencia. Fíjese el lector que hay un reconocimiento respecto a la atracción de la antigua vida en el caso del cristiano. La advertencia del apóstol consiste en la necesidad de que reconozcamos constantemente y rechacemos estas suposiciones falsas y subyacentes que tienen que ver con nuestra antigua naturaleza y con la antigua manera de vivir. Esto no tiene que ver tan sólo con las acciones, pues, como verá usted, tiene que ver también con nuestra manera de pensar y nuestras actitudes. Esto es lo que causa el problema y es esto lo que debemos rechazar.

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24 Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia. Por sus heridas habéis sido sanados.

¿Qué dice Colosenses 3 5?
5 Haced morir, pues, lo terrenal en avuestros miembros: bfornicación, impureza, cpasiones lascivas, malos deseos y davaricia, que es eidolatría; 6 cosas por las cuales la aira de Dios viene sobre los hijos de bdesobediencia.
12 manteniendo vuestra conducta ejemplar entre los gentiles, para que, en lo que ellos murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.6 Por lo cual también contiene la Escritura:He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa;y el que crea en él, no será avergonzado.

Los conversos son como niños recién nacidos en Cristo — Él es la principal piedra del ángulo — Los santos poseen un real sacerdocio y son un pueblo adquirido por Dios — Los santos están sujetos a las leyes del hombre.
7 Él es, pues, honor a vosotros los que creéis; pero para los desobedientes,la piedra que los edificadores desecharon,esta ha venido a ser la cabeza del ángulo,20 Porque, ¿qué mérito tiene si al pecar vosotros sois abofeteados y lo soportáis con paciencia? Pero si al hacer el bien sois afligidos y lo soportáis con paciencia, esto ciertamente es agradable delante de Dios.

9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable.
Es decir, un pueblo único, singular. GR comprado, preservado; nótese que en Éx. 19:5 la palabra hebrea es segullah, que significa “posesión o propiedad especial”. Tito 2:14.5 vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como una casa espiritual, y un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por medio de Jesucristo.

¿Qué significa la palabra despojarse en la Biblia?
Despojarse significa que hay algo de lo que tiene usted que deshacerse, algo que debe eliminar. Pablo está usando los términos más sencillos para ilustrar lo que debemos hacer en cuanto a la manera de pensar y de las actitudes en la vida. Cached
10 Vosotros, que en el tiempo pasado no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en el tiempo pasado no habíais alcanzado misericordia, pero que ahora habéis alcanzado misericordia.esa resistencia es una resistencia pasiva, que en realidad llega a ser un soltar, un dejar pasar todo el contenido emotivo y de nuestra conciencia el cual opera por la mente y quedar esperando en Dios, esta es la terapia con la cual Dios mismos actua para nuestra liberación.

que preciosa verdad 1 de pedro 13.14 por tanto senid vuestros lomos de vuestro entendimiento sed sobrios y esperad por completo en la gracia que se os traera cuando cristo sea manifestado,14 como hijos obedientes no os conformeis a los deseos que antes tenias estando en vuestra ignorancia,el senor es fiel y grande en misericordia el hizo todo ahora solo debo creer y exponerme mas y mas cada dia buscar de continuo de el alimentarme de el que el sea nuestro unico deseo porque como bien lo menciona ud hno walter vivir en la vanidad de nuestra mente es nuestra muerte espiritual grcia a Dios por esta palabra que nos insta a recordar esta hermosa verdad
el viejo hombre que bien lo describe pablo, es el viejo hombre, o sea la antigua persona que se formo de manera fraudulenta y engañosa en nosotros. esto es lo que se conoce psicológicamente como El Falso yo.Resistamonos a los pensamientos vanos del viejo hombre,aunque el viejo hombre vaya a seguir activo,despojemonos de el,resistiendonos a los pensamientos que lo que ese hombre viejo cometio en los pensamientos vanos,que Dios nos de la gracia para resistirnos al viejo hombre.

22 Esclavos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que agradan a los hombres, sino con sencillez de corazón, temiendo a Dios.13 soportándoos los unos a los otros, y perdonándoos los unos a los otros si alguno tuviere queja del otro; de la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.

16 La palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos los unos a los otros en toda sabiduría con salmos e himnos y cánticos espirituales, cantando con gratitud en vuestros corazones al Señor.21 os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

17 Obedeced a vuestros pastores y sujetaos a ellos, porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta, para que lo hagan con alegría, y sin quejarse, porque esto no os es provechoso. 9 No seáis llevados de acá para allá por doctrinas diversas y extrañas; porque buena cosa es afirmar el corazón en la gracia, y no en los alimentos que nunca aprovecharon a los que se ocuparon de ellos. 11 Porque los cuerpos de aquellos animales, cuya sangre, por el pecado es introducida en el santuario por el sumo sacerdote, son quemados fuera del campamento.Si decimos que tenemos comunión con El, pero andamos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad; mas si andamos en la luz, como El está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado.

Digo, pues: Andad por el Espíritu, y no cumpliréis el deseo de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el {del} Espíritu {es} contra la carne, pues éstos se oponen el uno al otro, de manera que no podéis hacer lo que deseáis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.
Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces los odres se revientan, el vino se derrama y los odres se pierden; sino que se echa vino nuevo en odres nuevos, y ambos se conservan. No mintáis los unos a los otros, puesto que habéis desechado al viejo hombre con sus {malos} hábitos, y os habéis vestido del nuevo {hombre,} el cual se va renovando hacia un verdadero conocimiento, conforme a la imagen de aquel que lo creó; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con {El}, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado;Así que, hermanos, somos deudores, no a la carne, para vivir conforme a la carne, porque si vivís conforme a la carne, habréis de morir; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.

¿Qué dice en Gálatas 5 16?
16 Digo pues: aAndad en el Espíritu, y no satisfagáis los bdeseos de la carne. 17 Porque el adeseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisierais.
y El mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados. que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos, y que seáis renovados en el espíritu de vuestra mente, y os vistáis del nuevo hombre, el cual, en {la semejanza de} Dios, ha sido creado en la justicia y santidad de la verdad. enseñándonos, que negando la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este mundo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús,Veamos Romanos 6:11-12: “Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias”.Lo que Pablo decía era que una vez estábamos “muertos al pecado” debíamos continuar “haciendo morir” las cosas que podían volver debido a nuestra naturaleza carnal.Afortunadamente, cuando pecamos después del bautismo, podemos ir ante Dios en arrepentimiento y confesar nuestro pecado. También debemos continuar el proceso de arrepentimiento, (Lea más acerca de este proceso que se debe estar desarrollando en “El arrepentimiento de obras muertas” y “¿Qué es conversión?”.) Entonces siempre debemos estar en una actitud de arrepentimiento. Veamos estas alentadoras palabras en Romanos 6:5-11: “Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; más en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro”. Entonces, tal como el apóstol Pablo hizo, peleamos la batalla para vencer el pecado y hacer morir el viejo hombre —todos los días. Las buenas noticias son que debemos revestirnos del nuevo hombre. Estamos vivos delante de Dios cuando empezamos a reemplazar el “viejo hombre” con un nuevo estilo de vida. Ese estilo de vida solo puede venir por medio del Espíritu Santo de Dios y Jesucristo viviendo en nosotros (Efesios 4:24-32 y Gálatas 2:20-21).“Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí” (Romanos 7:14-20)

La palabra despojaos en este versículo, significa esencialmente “alejar” o “renunciar a”. Pablo estaba enseñando a los miembros a alejar su viejo hombre —la forma natural egoísta y pecadora en que pensamos y actuamos en este mundo de maldad. Nuestro viejo hombre es engañoso (Jeremías 17:9), incluso nos puede convencer de que no necesitamos cambiar o que el camino de Dios es muy duro. Se opone naturalmente a Dios y sus leyes (Romanos 8:7). Nuestro viejo hombre produce lo que Pablo llama en Gálatas 5:19-21: “las obras de la carne”, incluye adulterio, iras, celos, envidias y borracheras.
Pero veamos lo que el apóstol Juan escribió acerca de un verdadero cristiano: “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros” (1 Juan 1:8-10).

Una vez quitamos las obras, pensamientos y acciones del viejo hombre, debemos “revestirnos” con el nuevo hombre. Pablo explica que nosotros somos “renovados en conocimiento”. ¡Logramos esto por medio del estudio y utilizando la Palabra de Dios para parecernos cada vez más a Él! (Lea nuestro artículo acerca del valor del estudio de la Biblia.)
A la luz de este entendimiento, Pablo utilizó una frase que ningún otro escritor del Nuevo testamento usó para describir la necesidad de tener una actitud de arrepentimiento y de estar vigilantes en contra del pecado.Podemos pensar que después de nuestro arrepentimiento inicial y conversión, no habrá necesidad de arrepentirse porque ya habremos sido justificados del pecado por la sangre de Jesucristo.Veamos otra carta de las de Pablo para ver dónde habla de esta “muerte”. Él escribió en Colosenses 3:2-3: “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios”.

¿Qué dice Efesios 4 22?
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
El apóstol Pablo escribió que “que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado” (Romanos 6:6). Él también habló acerca de “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros” (Colosenses 3:5). ¿Qué significaba eso? ¿Estaba en un estado depresivo simplemente por todas las constantes amenazas de muerte que enfrentaba? ¿Era masoquista? ¿O estaba tratando de enseñar lecciones espirituales importantes para todos los cristianos?En el libro de Efesios, Pablo también abordó el tema del “viejo hombre”. “Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús. En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Efesios 4:20-24).

Lo que Pablo quiere decir es que una vez estamos “muertos al pecado” tenemos que continuar en un proceso de “hacer morir” las cosas que pueden volver debido a nuestra naturaleza carnal. Otras traducciones dicen “den muerte a los miembros que están sobre la Tierra”. ¿Qué quería decir Pablo cuando hizo esta afirmación?
Vemos que aun décadas después de la conversión de Pablo, él seguía peleando esa batalla para sobreponerse al pecado y la carnalidad. Él se daba cuenta que aunque él hubiera muerto al pecado y hubiera entregado su vida a Dios como cristiano y como siervo de Jesucristo, todavía tenía “miembros” de su naturaleza carnal que debía hacer morir de vez en cuando.¡Las buenas noticias son que mientras nos despojamos del viejo hombre y hacemos morir sus obras pecaminosas, podemos reemplazarlo con algo más! “No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno” (Colosenses 3:9-10).

Pablo continúa esta idea en Colosenses 3:4-5: “Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría”.
Si vamos a analizar este tema, deberíamos considerar algo más que Pablo escribió: “Porque la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23). ¡Pablo sabía que la paga o lo que ganábamos cuando pecábamos (que significa trasgresión de la ley —1 Juan 3:4) es la muerte! Pero Pablo se arrepintió y sus pecados del pasado le fueron perdonados. Sin embargo, aunque Pablo fue perdonado y convertido, él seguía luchando contra el pecado.

Cuando nos bautizamos, esto representa la muerte espiritual del “viejo hombre” (ver Romanos 6:3-4). Pero esa “muerte” es un proceso a lo largo de toda la vida para cada uno de nosotros. (Para más acerca de este tema, lea “¿Qué representan los símbolos del bautismo?”.)

En Efesios 4:25-32 Pablo explica cómo podemos despojarnos del viejo hombre y nos dice que debemos ir en dirección contraria de la que hemos llevado hasta el momento. Ésta es una descripción de lo que es el verdadero arrepentimiento.
“No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos” (Colosenses 3:9). La Versión Estándar Internacional dice: “Dejen de mentirse unos a otros, ahora que se han quitado el ropaje de la vieja naturaleza con sus vicios”. Quitarse el ropaje de la vieja naturaleza o “mortificar las obras del cuerpo” toma tiempo. Dios nos revela paulatinamente acerca de nosotros mismos, mientras lo buscamos y le pedimos su guía y ayuda.

Veamos lo que dice Albert Barnes al respecto: “Mortifiquen por tanto sus miembros —ya que ustedes están muertos al pecado y al mundo, y habrán de aparecer con Cristo en las glorias de su Reino, somete toda propensión carnal y maligna de tu naturaleza. La palabra ‘mortificar’ significa hacer morir (nota de Romanos 8:13 y Gálatas 5:24) y el significado acá era que ellos debían someter totalmente las propensión maligna, para que así no quedara ningún remanente de vida; eso quiere decir que no estaban viviendo de ninguna manera para complacerlos. Aquí la palabra ‘miembros’ se refiere a los diferentes miembros del cuerpo humano —como el asiento de los malos deseos y pasiones”.
«La explicación más razonable es que el autor sagrado se propuso rellenar con nombres de personajes de carne y hueso el inmenso periodo que media entre Adán, Noé y Abraham (…) y alarga los anillos de la cadena», concluyen en la Biblia Comentada.Los Profesores de Salamanca, en la Biblia Comentada (BAC, tomo I, pág 122-125) explican que los libros de la Biblia son orientales, que buscan impresionar a los lectores al exponer una verdad, «de ahí que no podemos calibrar sus afirmaciones según el módulo frío y preciso que caracteriza al genio greco-romano». Los orientales, señalan, «tienen tendencia a la hipérbole y a desorbitar los números».Hay quien ha atribuido el recuento bíblico de los años a una confusión entre los ciclos lunares con los solares, por lo que la edad real del patriarca bíblico sería de unos 72 años, admirable en todo caso en unos tiempos con una esperanza de vida mucho menor. Pero en el Génesis no parece haber confusión entre meses y años: «Y sucedió que en el año seiscientos uno de Noé, en el mes primero…»Por inverosímil que sea esta cronología bíblica, aún lo es mucho más la de los reyes sumero-babilónicos, que cuentan sus años por sares (1 sar=2.300 años), recuerdan los Profesores de Salamanca al afirmar que en todas las antiguas genealogías, como la babilónica o la egipcia, hay tendencia a atribuir una longevidad extraordinaria a los primeros hombres y en esto coinciden con la Biblia. «En la tradición flotaban algunos nombres y tablas genealógicas y, consciente la opinión popular de que los orígenes de la humanidad eran muy antiguos, la misma imaginación popular fue alargando la vida de los personajes conservados por la tradición de forma que llegaron hasta el primer hombre», señala.

Matusalén fue el más longevo de los patriarcas del Antiguo Testamento, aunque Noé llegó a vivir 950 años, según el mismo capítulo del Génesis y Adán hasta 930. Antes del Diluvio universal , las edades superaban los centenares de años, según el texto bíblico. El abuelo de Noé fue el octavo patriarca antediluviano, es decir anterior al Diluvio universal, según el pasaje 5:21-27 del Génesis : «Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén. Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas. Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios. Vivió Matusalén ciento ochenta y siete años, y engendró a Lamec. Y vivió Matusalén, después que engendró a Lamec, setecientos ochenta y dos años, y engendró hijos e hijas. Fueron, pues, todos los días de Matusalén novecientos sesenta y nueve años; y murió». Cuenta el libro del Génesis que Matusalén vivió nada menos que 969 años antes de morir, superando en 604 días la edad de su padre Enoc, todo un récord con el que se ha ganado merecidamente su lugar en el dicho de «más viejo que Matusalén».De Matusalén se sabe que según la Biblia vivió 969 años, pero ¿cuántos Carracuca? José María Iribarren señala que en su acepción de persona vieja y achacosa, de individuo decrépito a quien la edad impide hacer lo que querría, «deriva del uso que antaño tuvo la palabra “carraco”». Cuenta el autor de «El porqué de los dichos» que en el Hospital General de Madrid existió en el siglo XVIII una «sala de los carracos» y cita al pintor cordobés Acisclo Antonio Palomino, que cuenta cómo en dicha sala se atendía a «enfermos cuyo mal era la mucha edad» y los desahuciados por los médicos.

Del fin de esta longevidad, algunos encuentran explicación en la cólera de Dios que se materializó en el Diluvio y que alcanzó la edad de los hombres: «Que sus días sean ciento veinte años».
Debes tener en cuenta que esto no requiere el dispensar del “viejo hombre” literalmente, ya que esa posición y condición ha sido crucificada y abandonada en la regeneración, lo que sucedió cuando el creyente fue sacado de Adán y puesto en Cristo (Col. 3:9; Gal. 2:20). Romanos 6:6 también utiliza el “viejo hombre” en este sentido analítico específico. Esto es de esperar ya que Rom 6-8 es una explicación detallada y teológica de la santificación progresiva.Por otra parte, Efesios 4:22 se ha utilizado para apoyar la idea de que el “viejo hombre” todavía está presente en el creyente. Echemos un vistazo más de cerca. “EN CUANTO A VUESTRA PASADA MANERA DE VIVIR, DESPOJAOS del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” (Efesios 4:22-24 énfasis del autor).

En otras palabras, ¡el creyente no se puede “despojar” de quién era espiritualmente en Adán (el “viejo hombre”) porque ya eso ocurrió! Más bien, él debe dejar a un lado el residuo de la posición / identificación / de esa naturaleza espiritual, que es – más bien – las obras de la carne [2].
Una cuestión clave que debe aclararse es el significado del término “viejo hombre” en este contexto y cómo se contrasta con el “nuevo hombre”. Revisemos los otros dos pasajes donde el término “viejo hombre” se utiliza: El pasaje paralelo en Colosenses 3:9,10 contrasta lo viejo con lo nuevo por medio del uso de una palabra griega diferente – “neos”. Este término significa “nuevo en relación al tiempo.” Colosenses 3:9 subraya el hecho de la nueva experiencia del creyente, comenzado recientemente [en] la salvación. Por lo tanto, la elección de las palabras “vieja” y “nueva” en Colosenses 3:8,9 habla de una manera más precisa del cambio constitucional del creyente. El “viejo hombre” no regenerado como espíritu humano ha sido – tiempo pasado – “despojado”; el “nuevo hombre” ha sido puesto en su lugar. Pablo fue llevado a utilizar el término “viejo hombre” en Efesios 4:22, en lugar de la palabra más precisa, “carne”, por la convención familiar hebrea de hablar de temas abstractos en términos más concretos. Por ejemplo la expiación de Cristo es llamada “la Cruz”, los creyentes son conocidos como “hijos de la luz.” Así, el “viejo hombre” en Efesios 4:22 es un uso en adjetivo del sustantivo, haciendo referencia a patrones de comportamiento que se referían a la condición anterior del creyente regenerado, Por lo tanto, el uso literario indirecto o figurativo puede ser empleado mientras se mantenga una interpretación doctrinal precisa. Del mismo modo, Pablo usa el “viejo hombre” en un sentido literal en Romanos 6:6 y Colosenses 3:9, pero en sentido figurado en Efesios 4:22. [1]Un uso figurado de “viejo hombre” en Efesios es también requerido por la opinión común, es decir, que el “viejo hombre” se refiere a una naturaleza pecaminosa co-igual con el alma regenerada del creyente. Sin embargo, esta tesis no afirmaría que esta “naturaleza” podría ser “despojada” en el sentido de ser removida o quitada. (Si eso pudiese ocurrir, entonces al creyente se le estaría ordenando deshacerse de esta “vieja naturaleza” y que se quedase sólo con una nueva naturaleza en el alma. La lucha interna de Gálatas 5:17 desaparecería.) Ya sea que el “viejo hombre” se considere en realidad vivo actualmente en Efesios 4:22, o que se utilice en sentido figurado para referirse a la carne [la opinión expresada en este artículo], lo que podría ser “despojado” sería la actitud, valores, y conductas equivocadas que corresponden a este “viejo hombre”.

¿Cuántos años duró el hombre más viejo según la Biblia?
Cuenta el libro del Génesis que Matusalén vivió nada menos que 969 años antes de morir, superando en 604 días la edad de su padre Enoc, todo un récord con el que se ha ganado merecidamente su lugar en el dicho de «más viejo que Matusalén».
[1] Otro ejemplo del uso flexible de la palabra [como la forma en que el “viejo hombre” es usado en Efesios] es el uso de “salvación”. La doctrina bíblica es clara que la salvación del castigo del pecado es a través de la obra redentora de Cristo, y que es por la gracia de Dios mediante la fe. No hay otro Salvador. Sin embargo, Pablo utiliza a veces “salvar” en un sentido indirecto cuando se refiere a su evangelización:”Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he [Pablo] hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos.” (1 Cor 9:22 énfasis añadido). Desde un punto de vista técnico, Cristo es quien salva, pero en un sentido relativo, Pablo fue un instrumento en dicha salvación.

¿Por qué, entonces, parece que el “viejo hombre” todavía está presente en Efesios 4:22? Aquí Pablo usa el “viejo hombre” en un sentido cualitativo, en lugar de un sentido analítico y doctrinal. El uso cualitativo es sacado a relucir por las frases antes y después de ella. Ten en cuenta el orden de las palabras en el verso. No dice: “despojarse del viejo hombre”, sino que dice:”… EN CUANTO A LA PASADA MANERA DE VIVIR, despojaos del viejo hombre que está viciado conforme a los deseos engañosos (Énfasis añadido). El énfasis está en el mal comportamiento el cual se debe dejar a un lado.
Estamos de acuerdo con los autores de la llamada “vida profunda” que definen al “viejo hombre” como el espíritu humano no regenerado; lo que es una persona que está en Adán según es identificada por su condición espiritual (muerte y depravación). Este es un concepto esencial a fin de diferenciar al “viejo hombre” (que en el creyente fue crucificado con Cristo y está fuera del juego) y la carne y el principio de pecado (que es un enemigo permanente) (Gálatas 5:16,17; Rom. 7:17). Entonces, ¿cuál es la causa de la tendencia interna del cristiano hacia el pecado? No es el “viejo hombre”, pero es la carne que podría ser considerada como el residuo del “viejo hombre” (los patrones independientes e incrédulos de la mente, la voluntad y las emociones almacenadas y motivadas por el cuerpo mortal). La carne es todavía vulnerable al principio del pecado (Rom 7:18,20; Gal 5:17). Pablo distingue la carne de su naturaleza esencial [nuevo espíritu/el nuevo hombre]. “Y si lo que no quiero [nuevo espiritu], esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo [nuevo espiritu] quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo [cuando trato de vivir independiente y legalistamente]. Porque no hago el bien que quiero [nuevo espiritu], sino el mal que no quiero [nuevo espiritu], eso hago [cuando trato de vivir independiente y legalistamente]. Y si hago lo que no quiero [nuevo espiritu], ya no lo hago yo [nuevo espiritu], sino el pecado que mora en mí.” (Rom. 7:16-20, las palabras entre corchetes han sido añadidas). Este uso figurado, la metonimia, usa una palabra por otra que es sugerida: es decir, el “viejo hombre” en lugar de “el comportamiento del viejo hombre”. Este uso también ocurre en otros versos tales como Rom. 13:14: “sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.” Ontológicamente Cristo está en el creyente (Col. 1:27). Sin embargo, esta expresión figurada se refiere al acto del creyente “ponerse” las virtudes de Cristo.El libro Word Pictures de Robertson (Manual de estudios del uso gramático-etimológico de las palabras del idioma griego coiné) hace este comentario sobre la gramática griega de este versículo: “Para que dejéis a un lado (apoyesyai). Infinitivo aoristo medio segundo de “apotiyhmi “con la metáfora de despojarse de ropas o hábitos como “apoyesye “en Col. 3:8 (que ver) con la adición de la misma “el viejo hombre” (ton palaion anyrwpon) como en Col. 3:9. ” Así que, dejando de lado el “viejo hombre” en Efesios 4:22 se refiere a despojarse de la CONDUCTA y las ACTITUDES asociadas con el “viejo hombre”.

“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” (Efesios 4:22-24)