Pese a que gran parte del manto sagrado se encuentra oculta, según la prensa religiosa es posible encontrar otro pedazo de este mítico objeto fuera de México. Es en Estados Unidos, en una pequeña parroquia, donde se puede observar un pedacito que fue cortado del manto original.La imagen original de la Virgen de Guadalupe, aparecida milagrosamente en la tilma o huipil de San Juan Diego el 12 de diciembre de 1531, se conserva hoy en su santuario de Ciudad de México, pero no muchos conocen que un pequeño fragmento se encuentra fuera del país desde hace casi 80 años. El manto de la Virgen de Guadalupe es un objeto lleno de simbolismo para los creyentes católicos de Latinoamérica y el mundo, principalmente por su origen milagroso, según dicen las creencias. Se trata de un pequeño corte de media pulgada hecho sobre el manto, y se encuentra en una capilla dentro de la Catedral de Los Ángeles, en Estados Unidos, que fue dedicada en 2012 por el actual Arzobispo de Los Ángeles, Mons. José Gómez.Por tal motivo se busca cuidarlo y protegerlo de posibles daños; actualmente se encuentra oculto, supuestamente, en la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México, que es su lugar de origen.
¿Cuál es el significado del manto de la Virgen?
El manto verde que envuelve la figura de la virgen es uno de los elementos más atractivos de la imagen religiosa. El manto representa el cielo, tiene 46 estrellas y, supuestamente, forman la constelación del día de la aparición de la virgen.
“La Virgen de Guadalupe se le apareció al indígena San Juan Diego entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531, y le pidió que interceda ante el primer Obispo de México, el franciscano Fray Juan de Zumárraga, para que se construya un templo en el llano al pie del cerro del Tepeyac”.En 1929 el fotógrafo Alfonso Marcué González descubre una figura humana microscópica en el ojo derecho en el manto de la virgen de Guadalupe, mediante una investigación. Desde entonces, el misterio de esas pupilas interroga a la ciencia.
La técnica que ha utilizado para su estudio el ingeniero Aste Tönsmann es la del proceso digital de imágenes usado por los satélites y por las sondas espaciales para transmitir informaciones visivas.
Por computadora el Dr. Aste agranda la imagen de la pupila del ojo derecho e izquierdo en forma digitalizada, y descubre doce personas que están siendo observadas por los ojos de la Imagen de la Virgen de Guadalupe.
¿Quién es el ángel que está en la imagen de la Virgen de Guadalupe?
Envió Dios el ángel Gabriel a Nazareth, ciudad de Galilea, a una virgen desposada con cierto varón de la Casa de David, llamado José. Y el nombre de la Virgen era María.
La historia aprobada por el Vaticano cuenta que Juan Diego hizo caso a las instrucciones de la Virgen y llevó las rosas ante el obispo Zumárraga, quien lo recibió y presenció cómo, según los creyentes, al momento de dejarlas caer de su manto se reveló la imagen que todos conocemos de la Virgen de Guadalupe.
En el documento se afirma que durante esa última aparición, la Virgen María le pidió a Juan Diego que subiera a lo más alto del cerro del Tepeyac en busca de unas rosas, las cuáles tenía que reunir para llevarlas ante el obispo como una prueba de sus milagrosas apariciones, como afirma el semanario religioso Desde la Fe.
La mirada de la Virgen de Guadalupe representa la bondad y ternura. Ésta está inclinada hacia abajo porque es señal de reverencia y respeto. De acuerdo con especialistas, en los ojos de la virgen hay reflejo de 12 figuras humanas.
Hace 22 años decidió investigar la posible existencia de más figuras, y halló otras doce, en adición a la figura que se había descubierto originalmente en el manto de la virgen de Guadalupe.
Si deseas conocer el significado de este símbolo religioso, a continuación La Verdad Noticias te informa todo lo que representa para la historia católica.La pieza más importante que mantiene la iglesia católica, es el manto de la virgen de Guadalupe que guarda un enorme significado, e historia, mismo que ha sido objeto de investigaciones por la forma de su aparición.Según los especialistas, el moño negro simboliza la maternidad, así como el nacimiento de una nueva época. Las mujeres indígenas de aquella época se colocaban una banda arriba de la cintura para dejar libre su vientre.
El manto de la virgen de Guadalupe es uno de los más atractivos en su imagen, pues representa el cielo. Cuenta con 46 estrellas, las cuales supuestamente, formaban la constelación del cielo el día de su aparición. Además de que su color verde simboliza que era emperatriz.
Frente a toda esta evidencia del manto de la virgen de Guadalupe, la ciencia puede mostrar la realidad indiscutible presente en la Imagen, no su origen. ¡Para esto hace falta la fe! El documento narra que el 12 de diciembre, el indígena presenció la última aparición mariana cuando estaba en busca de alguien que pudiera ayudar a su tio enfermo, cuando se encontró en el camino a la Virgen, quien según la tradición, le informó que su tío ya estaba curado. Según las conclusiones del estudio, nos encontramos ante una imagen que no ha sido pintada con mano de hombre. Ya en el siglo XVIII varios científicos realizaron pruebas científicas que mostraban cómo era imposible pintar una imagen así en un tejido de esa textura.
En el año 1936 el Obispo de México hace analizar tres fibras del manto de la virgen de Guadalupe por el que posteriormente sería premio Nobel de Química. Este descubrió que la pintura no tenía ningún origen vegetal ni mineral ni animal ni ningún otro elemento de los 111 conocidos, por lo que dedujo que la pintura no es de origen conocido.
En febrero de 1979 el Dr. José Aste culminó con dos años de trabajo intensivo y descubrió lo que hasta ahora ha sido uno de los fenómenos inexplicables más grandes de todos los tiempos.Allí están presentes varios arreglos florales, nueve para ser exactos, los cuales podrían representar nueve pueblos peregrinos de Aztlán, según el códice de 1576. Además de que en este es posible ver la Flor Nahui Ollin, la cual representa la presencia de Dios. En el Nican Mopohua se dice que entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531, la Virgen María se apareció frente a Juan Diego en cuatro ocasiones para solicitarle que construyeran un templo en su honor a las orillas del cerro del Tepeyac. Los rayos solares que apuntan hacia la virgen de Guadalupe, para algunos especialistas, representan su aura, mientras que para otros es el Sol que brilla más a la altura de su vientre.Al agrandar la pupila del Obispo Juan de Zumarraga otras mil veces más, o sea 1 milímetro de la imagen se agranda primero 2500 veces y luego la pupila del obispo 1000 veces más y allí aparece nuevamente la imagen del indio Juan Diego mostrando la Tilma con la Imagen de la Virgen de Guadalupe, retratada en los ojos del obispo.
Muchos oftalmólogos han analizado los ojos de María desde entonces, y también fotógrafos y científicos. Uno de los hombres que más energías ha dedicado a tratar de dilucidar el misterio que encierran esas imágenes es el científico peruano José Aste Tonsmann, experto de IBM en procesamiento digital de imágenes.
La imagen del manto de la virgen de Guadalupe guarda un significado y una simbología que muy pocos conocen, es representante de la identidad mexicana, plasmada en cada elemento que aparece en su mítica imagen.En México, se estrenó el 30 de noviembre de 2006 la película “Guadalupe”. El Cardenal y Arzobispo Primado de México, Norberto Rivera Carrera, recomendó la película pues “pone al alcance de todo el público el conocimiento de múltiples y desconocidos aspectos de Santa María de Guadalupe, en el marco del 475 Aniversario de sus apariciones”En su conferencia, el doctor Aste insistió en que nos encontramos ante una imagen “que no ha sido pintada por mano de hombre”. Ya en el siglo XVIII varios científicos realizaron pruebas científicas que mostraban cómo era imposible pintar una imagen así en un tejido de tal textura. Richard Jun, premio Nobel de Química -recordó el doctor Aste Tonsman-, hizo análisis químicos en los que se pudo constatar que la imagen no tiene colorantes naturales, ni animales, ni mucho menos minerales. Dado que en aquella época no existían los colorantes sintéticos, la imagen, en este aspecto, es inexplicable.
En estos ojos aparece el efecto Púrkinje-Sánsom: se triplica la imagen en la córnea y en las dos caras del cristalino. Este efecto fue estudiado por el Dr. Púrkinje de Breslau y Sánsom de París, y en oftalmología se conoce por el fenómeno Púrkinje-Sánsom. Este fenómeno, exclusivo del ojo vivo, fue observado también en el ojo de la Virgen de Guadalupe, por el Dr. Rafael Torija con la ayuda de un oftalmoscopio. Él lo certifica con estas palabras: «Los ojos de la Virgen de Guadalupe dan la impresión de vitalidad».
Aste se pregunta: “¿Cómo es posible explicar esta imagen y su consistencia en el tiempo sin colores y con un tejido que no ha sido tratado? Es más, ¿cómo es posible que, a pesar de que no haya pintura, los colores mantengan su luminosidad y brillantez?”. La trama se sitúa en la época actual, cuando José María y su hermana Mercedes, dos científicos que han dedicado su vida a la arqueología y la historia, deciden investigar la leyenda de la Virgen de Guadalupe, impulsados por su curiosidad y por la situación que viven, sin saber que eso cambiará su existencia de manera radical. Todo, porque hace 5 siglos, en plena conquista de América, apareció una pintura estampada en el manto de un indígena llamado Juan Diego. El director, Santiago Parra, cineasta de origen ecuatoriano, filmó la película en escenarios de Europa y América bajo la producción de la empresa «Dos corazones». Según declaraciones del propio Parra, la película intenta captar toda la riqueza del fervor guadalupano de México por un cineasta que viene de fuera y que es capaz de ver a fondo lo que muchos mexicanos no ven. Todo el equipo de Santiago Parra así como los miembros del reparto, fueron asesorados por el Instituto Superior de Estudios Guadalupanos.
Lo mismo afirman los doctores Guillermo Silva Ribera, Ismael Ugalde, Jaime Palacio, etc. Desde el año 1950, los ojos de la Virgen de Guadalupe han sido examinados por una veintena de oftalmólogos.
En el año 1791 se vuelca accidentalmente ácido muriático en el lado superior derecho de la tela. En un lapso de 30 días, sin tratamiento alguno, se reconstituye milagrosamente el tejido dañado. Actualmente apenas se advierte este hecho como una breve decoloración en ese lugar, que testimonia lo ocurrido.
El 14 de noviembre de 1921, Luciano Pérez, un anarquista español, depositó un arreglo floral al lado de la Tilma de Juan Diego que contenía una bomba de alto poder. La explosión destruyó todo alrededor, menos la tilma, que permaneció en perfecto estado de conservación. Una Cruz de pesado metal que se encontraba en las proximidades fue totalmente doblada por la explosión, y se guarda como testimonio en el templo. Sin embargo, el cristal que protegía la Tilma no se rompió, teniendo en cuenta que en aquella época no había cristales antibala.
Hasta aquí llega la ciencia, fue la conclusión de Aste Tönsmann. El cómo se ha realizado algo tan maravilloso no es posible descifrarlo con métodos científicos. El investigador peruano, sin embargo, se aventura a ofrecer un por qué: considera que en los ojos de la Virgen hay un mensaje “escondido” reservado para nuestro tiempo en el que la tecnología es apta para descubrirlo, y cuando este mensaje es más necesario. “Este puede ser el caso de la imagen de la familia en el centro del ojo de la Virgen, en una época en que la familia está bajo un serio ataque en nuestro mundo moderno” . Un mensaje, además, universal y antirracista, pues varias etnias se encuentran reflejadas.El Dr. Enrique Graue, oftalmólogo de fama internacional, director de un hospital oftalmológico en México, afirma: «Examiné los ojos con oftalmoscopio de alta potencia, y pude apreciar en ellos profundidad de ojo como al estar viendo un ojo vivo».
El ingeniero peruano añadió que “Callahan y Smith han mostrado cómo la imagen cambia ligeramente de color según el ángulo de visión, un fenómeno que se conoce con el término de iridiscencia, una técnica que no se puede reproducir con manos humanas”.
Estudios oftalmológicos realizados a los ojos de María han detectado que al acercarles luz, la pupila se contrae, y al retirar la luz, se vuelve a dilatar, tal cual como ocurre en un ojo vivo. ¡Los ojos de María están vivos en la tilma!. También se descubre que los ojos poseen los tres efectos de refracción de la imagen que un ojo humano normalmente posee. Lograr estos efectos a pincel es absolutamente imposible, aún en la actualidad.En 1979 los estadounidenses Philip Callahan y Jody B. Smith estudiaron la imagen con rayos infrarrojos y descubrieron con sorpresa que no había huella de pintura y que el tejido no había sido tratado con ningún tipo de técnica.
¿Quién es el niño que está debajo de la Virgen de Guadalupe?
Juan Diego CuauhtlatoatzinNacimiento1474 Cuauhtitlán, Tenochtitlan, Imperio azteca (ubicado en el México moderno)Fallecimiento1548 (73–74 años) Tepeyac, Ciudad de México, Nueva España (ubicado en el México moderno)ReligiónIglesia católicaInformación profesional
No se ha descubierto ningún rastro de pintura en la tela. De hecho, al acercarse uno a menos de 10 centímetros de la imagen, sólo se ve la tela de maguey en crudo. Los colores desaparecen. Estudios científicos de diverso tipo no logran descubrir el origen de la coloración que forma la imagen, ni la forma en que la misma fue pintada. No se detectan rastros de pinceladas ni de otra técnica de pintura conocida. El Dr. Phillip S. Callaghan, del equipo científico de la NASA americana, biofísico de la Universidad de Kansas (EE.UU.), investigador, científico y técnico en pintura, y el Profesor Jody Brant Smith, «Master of Arts», de la Universidad de Miami, Catedrático de Filosofía de la Ciencia en la Universidad de Pensacolla, afirmaron que el material que origina los colores no es ninguno de los elementos conocidos en la tierra. En su libro «La tilma de Juan Diego» exponen el estudio realizado por ellos a nivel particular.El doctor Aste, graduado en ingeniería en sistemas ambientales por la Universidad de Cornell, ha estudiado durante más de veinte años la imagen impresa de la Virgen en el burdo tejido hecho con fibras de maguey -una especie de cactus- de la tilma del beato Juan Diego, el indígena que recibió las apariciones que cambiaron decisivamente la historia de México. Se trata de una tela que no dura más de veinte años, pero la imagen se mantiene intacta como el primer día desde hace casi cinco siglos, después de haber permanecido más de un siglo sobre una pared húmeda, entre el humo de miles de velas, y manoseada por muchedumbres de indios. En los ojos de la Virgen -revela- se encuentran reflejados los testigos del milagro guadalupano, el momento en que Juan Diego mostraba el ayate al obispo. Los ojos de la Virgen tienen así el reflejo que hubiera quedado impreso en los ojos de cualquier persona en esa posición. Pero, en particular, este prestigioso científico investigó el enigma de los ojos. El reflejo transmitido por los ojos de la Virgen de Guadalupe, es la escena en la que Juan Diego mostraba al obispo fray Juan de Zumárraga y a los presentes en la estancia, el manto con la misteriosa imagen el 9 de diciembre de 1531. Comenzó a desarrollar su estudio en 1979. Aumentó los iris de los ojos de la Virgen hasta alcanzar una escala 2.500 veces superior al tamaño real y, a través de procedimientos matemáticos y ópticos, logró identificar doce personajes impresos en los ojos de la Virgen.
Las estrellas visibles en el Manto de María responden a la exacta configuración y posición que el cielo de México presentaba en el día en que se produjo el milagro, según revelan estudios astronómicos realizados sobre la imagen.
La fibra de magüey que constituye la tela de la imagen, no puede en condiciones normales perdurar más que 20 ó 30 años. De hecho, hace varios siglos se pintó una réplica de la imagen en una tela de fibra de maguey similar, y la misma se desintegró después de varias décadas. Mientras tanto, a casi quinientos años del milagro, la imagen de María sigue tan firme como el primer día. Se han hecho estudios científicos a este hecho, sin poder descubrirse el origen de la incorruptibilidad de la tela.
Varias veces, a lo largo de los siglos, los hombres han pintado agregados a la tela. Milagrosamente estos agregados han desaparecido, quedando nuevamente el diseño original, con sus colores vivos.
Se puede distinguir un indio sentado, que mira hacia lo alto; el perfil de un hombre anciano, con la barba blanca y la cabeza con calvicie avanzada, como el retrato de Juan de Zumárraga realizado por Miguel Cabrera para representar el milagro; un hombre más joven, con toda probabilidad el intérprete Juan González; un indio de rasgos marcados, con barba y bigote, que abre su propio manto ante el obispo, sin duda Juan Diego; una mujer de rostro oscuro, una sierva negra que estaba al servicio del obispo; un hombre de rasgos españoles que mira pensativo acariciándose la barba con la mano. En definitiva, en los ojos de la imagen de la Virgen de Guadalupe está impresa una especie de instantánea de lo que sucedió en el momento en que tuvo lugar el milagro.
En el centro de las pupilas, además, a escala mucho más reducida, se puede ver otra escena, totalmente independiente a la primera. Se trata de una familia indígena compuesta por una mujer, un hombre y algunos niños. En el ojo derecho, aparecen otras personas de pie detrás de la mujer.
Pío X proclamó a Nuestra Señora de Guadalupe “Patrona de toda América Latina”. Pío XI, de “todas las Américas”; Pío XII la llamó “Emperatriz de las Américas”; y Juan XXIII, “La misionera celeste del Nuevo Mundo” y “la Madre de las Américas”. En la maravillosa gran basílica de Guadalupe, Juan Pablo II beatificó al indio Juan Diego el 6 de mayo de 1990. Además, en sus cuatro visitas a México, Juan Pablo II visitó el Tepeyac y honró con profundo amor filial a la Virgen de Guadalupe, a quien encomendó el continente Americano y su nueva evangelización.Según lo escrito por Luis Lasso de la Vega y de acuerdo con la tradición, en 1531, diez años después de la conquista de Tenochtitlan, el sábado 9 de diciembre de 1531 (a sus ya 57 años de edad) muy de mañana en el cerro del Tepeyac escuchó el canto de una coa mexicana (Trogon mexicanus), llamada tzinitzcan en idioma vernáculo, anunciándole la aparición de la Virgen de Guadalupe. Ella se le apareció cuatro veces entre el 9 y el 12 de diciembre de 1531 y le encomendó decir al entonces obispo, fray Juan de Zumárraga, que en ese lugar quería que se edificara un templo. La Virgen de Guadalupe le ordenó a Juan Diego que cortara unas rosas que misteriosamente acababan de florecer en lo alto del cerro para llevarlas al obispo Zumárraga en su ayate. La tradición refiere que cuando Juan Diego mostró al obispo las hermosas flores durante un helado invierno, se apareció milagrosamente la imagen de la Virgen, llamada más tarde Guadalupe por los españoles, impresa en el ayate. El prelado ordenó la construcción de una ermita, donde Juan Diego Cuauhtlatoatzin viviría por el resto de sus días custodiando el ayate en la actual capilla de indígenas.
Fue beatificado (junto a San José María Yermo y Parres y los beatos Niños Mártires de Tlaxcala) en la Basílica de Guadalupe de la Ciudad de México el 6 de mayo de 1990, durante el segundo viaje apostólico a México del papa Juan Pablo II. Finalmente fue canonizado en 2002 por el mismo Juan Pablo II, y la Iglesia católica celebra su festividad el día 9 de diciembre.
La primera mención al indio Juan Diego se encuentra en el «Nican mopohua», un texto incluido en el libro Huei tlamahuiçoltica, publicado por primera vez en 1649 ―101 años después de la supuesta fecha de la muerte de Juan Diego― por Luis Lasso de la Vega, capellán encargado del templo dedicado a la Virgen de Guadalupe en Tepeyac, a unos diez kilómetros de la ciudad de México. Él lo atribuyó a Antonio Valeriano de Azcapotzalco, quien habría sido un indígena letrado por conventos jesuitas y que presuntamente habría escrito el primer manuscrito en 1556. Según la narración de Luis Lasso, Juan Diego había sido un indígena de la etnia chichimeca. Habría nacido el 5 de mayo de 1474 en el barrio de Tlayácac de la ciudad de Cuautitlán (28 km al este-noreste del centro histórico de la ciudad de México), que pertenecía al reino de Texcoco. En sus numerosos escritos y cartas, Zumárraga omitió dejar alguna constancia del milagro de las rosas, o de la construcción de la ermita, o de la existencia del indio Juan Diego.Los restantes documentos históricos españoles son testamentos, donativos y mandas a favor de Nuestra Señora de Guadalupe ubicada en Tepeaquilla (Tepeyac) que van del año 1537 a 1580:
Juan Diego Cuauhtlatoatzin (Cuauhtitlán, 1474 – Tepeyac, 1548), también conocido como Juan Diego, fue un campesino chichimeca y visionario mariano. De acuerdo a la tradición católica, él fue el indígena chichimeca novohispano que presenció la aparición de la Virgen de Guadalupe en 1531. Fue beatificado en 1990 y canonizado en 2002, en ambos casos por el papa Juan Pablo II. Juan Diego es el primer santo indígena de América y el tercer santo de México en ser canonizado tras San Felipe de Jesús y el grupo de 27 mártires de la Guerra Cristera.
Se ha vuelto común traducir el nombre náhuatl Cuauhtlatoa como ‘águila que habla’ (por ejemplo, en “Our Lady of Guadalupe and Saint Juan Diego: The Historical Evidence”). Dicha traducción, sin embargo, requiere algunas precisiones. Si el nombre Cuauhtlatoa está efectivamente relacionado con las palabras cuauhtli, ‘águila’ y tlahtoa, ‘hablar’, este debería escribirse con una h intermedia, esto es, Cuauhtlahtoa y no Cuauhtlatoa. Más aún, una traducción más exacta sería “el que habla como águila”. En el náhuatl del siglo XVI, un compuesto de un sustantivo (cuauhtli) y un verbo intransitivo (tlahtoa) indica una relación de comparación en la que el sustantivo desempeña una función adverbial, esto es, el sustantivo describe la manera en la que la acción del verbo se lleva a cabo. Algunos ejemplos de este tipo de compuesto son pitzonemi, ‘andar sucio’ (lit. ‘vivir (nemi) como cerdo (pitzotl)’, ‘hablar con rudeza’ (lit. ‘hablar como cerdo’). Así entonces, Cuauhtlahtoa (lit. ‘hablar como águila/él habla como águila’) se traduce más exactamente como “el que habla como águila”. De forma adicional, la forma verbal cuauhtlahtoa también puede interpretarse figurativamente como ‘ejercer un gobierno militar’. Como nombre propio, Cuauhtlahtoa fue el nombre del tercer rey de Tlatelolco, quien conquistó Cuauhtinchan y fue asesinado por orden de Maxtlaton, señor de Azcapotzalco. La forma honorífica es Cuauhtlahtoatzin, y así aparece en una lista de hijos de Itzcoatl.Juan Diego era un hombre considerado piadoso por los franciscanos y agustinos asentados en Tlatelolco, donde aún no había convento ni iglesia, sino lo que se conocía como «doctrina», una choza donde se oficiaba misa y se catequizaba. Juan Diego hacía un gran esfuerzo al trasladarse cada semana saliendo «muy temprano del barrio de Tlayacac, Cuautitlán, que era donde vivía, y caminar hacia el sur hasta bordear el cerro del Tepeyac».
Además, éste elemento de la imagen religiosa también contiene estrellas, las cuales, tienen un significado que se remonta al día de su aparición: el 12 de diciembre pero de 1531.Schulenburg no fue el primero en desacreditar el acontecimiento tradicional ni el primer católico en dejar su puesto después de su cuestionamiento de la historia de Guadalupe. En 1897, Eduardo Sánchez Camacho, obispo de Tamaulipas fue forzado a dejar su puesto después de expresar una similar opinión. Cabe señalar que la Santa Sede ordenó una extensa investigación ante la postura de Schulenburg, y finalmente se consideró históricamente probada la existencia de Juan Diego Cuauhtlatoatzin como persona real. Tres historiadores, Eduardo Chávez Sánchez, José Luis Guerrero Rosado y Fidel González Fernández, publicaron esta investigación en el libro El encuentro de la Virgen de Guadalupe y Juan Diego (México: Porrúa, 1999). Basándose en el significado de Nuestra Señora de Guadalupe en la cultura Chicanx, muchos artistas Chicanx veneran su imagen y reimaginan visualmente la figura religiosa dentro de un contexto feminista y contemporáneo. Más que un simple símbolo religioso, los artistas chicanx ven a Nuestra Señora de Guadalupe como un ícono feminista empoderador y una proclamación del orgullo indígena. Sin embargo, estas obras de arte no han estado exentas de controversia, ya que muchos artistas se han enfrentado a una intensa reacción de católicos conservadores o grupos tradicionalistas que ven sus obras de arte como “irrespetuosas e irreverentes”. Una de las controversias más famosas fue provocada por el collage digital de Nuestra Señora de Alma López, que luego condujo a un libro titulado “Our Lady of Controversy: Alma López’s Irreverent Apparition”. A pesar de esto, artistas chicanx como Yolanda López , Alma López, Margarita ‘Mita’ Cuarón, Ester Hernández y Consuelo Jiménez Underwood, entre otras, han utilizado el retrato de Nuestra Señora de Guadalupe para explorar temas de represión, fuerza femenina y para elevar a las mujeres. Dos apologistas guadalupanos ―Primo Feliciano Velázquez y Fortino Hipólito Vera ― en respuesta a sus argumentos sostuvieron que Zumárraga se refiere a que el Redentor ya no realiza milagros «pedidos por curiosidad», además que el texto no lo escribió Zumárraga, sino solamente lo aprobó como autoridad religiosa, y que, por último, es imposible que Zumárraga negara los milagros que santos medievales y renacentistas habían llevado a cabo según la tradición cristiana.Nuestra Señora de Guadalupe, conocida comúnmente como la Virgen de Guadalupe, es una aparición mariana de la Iglesia católica de origen mexicano, cuya imagen tiene su principal centro de culto en la Basílica de Guadalupe, ubicada en las faldas del cerro del Tepeyac, en el norte de la Ciudad de México.Existen otras etimologías posibles, estas en el caso de que existiese traslado o contagio del nombre de la popular virgen extremeña. En este caso, el término «Guadalupe» tiene un primer componente claramente árabe -presente en decenas de topónimos españoles- que es “wādī” (وَادِي = “cauce, río”), existiendo la controversia más bien en la segunda parte del nombre. Una teoría afirma que podría venir de «wadi al-iub», que significa «río de cantos negros» o, según una deformación señalada por Ana Castillo, «río de amor» o «río de luz». Otras etimologías populares incluyen la señalada por David Brading: «wadi-lupi» que significa «río de lobos», en referencia a los animales que podrían abrevar en las cercanías del santuario, o a la capacidad de la advocación para vencer la idolatría.
Fue por las Informaciones jurídicas de 1666 por las cuales se pidió y consiguió una fiesta y misa propia para Nuestra Señora de Guadalupe y la traslación de la fecha de la fiesta de la Virgen de Guadalupe, del 8 de septiembre al 12 de diciembre, última fecha en que la Virgen se le apareció a Juan Diego. Debido a estas Informaciones en el año 1754, durante el pontificado de Benedicto XIV, la Congregación de Ritos confirmó el valor auténtico de las apariciones y concedió la celebración de misa y oficio propios para la fiesta de Guadalupe para el día 12 de diciembre.Maximiliano I crea la Orden de Guadalupe una de las órdenes imperiales de México (originalmente Orden Nacional de Nuestra Señora de Guadalupe), conocida oficialmente en el imperio como Orden Imperial de Nuestra Señora de Guadalupe
La disputa entre los franciscanos y el arzobispado de México se resolvió en favor de este último. Para ello, Montúfar y sus partidarios tuvieron que moderar su discurso sobre la índole del culto a la Virgen de Guadalupe, aproximándose aparentemente a los preceptos defendidos por los franciscanos.Si bien no existe en el corpus epistolar de Zumárraga ninguna mención ni alusión al milagro guadalupano, las narraciones hechas en el siglo XVII indican que el obispo ordenó llevar la imagen a la Catedral de México. La imagen habría sido trasladada al cerro del Tepeyac -o Tepeyacac como aún era conocido- después en una ceremonia fastuosa, presidida por el propio Zumárraga, Juan Diego y el presidente de la Segunda Audiencia, Sebastián Ramírez de Fuenleal.
El proceso de conquista y posterior colonización de la Nueva España tuvo consecuencias y cambios radicales en lo político, económico y lo social, con la religión católica como manifestación elemental al ser uno de sus más importantes ejes sociales y estar imbricada en todos sus aspectos. Dicho contexto determinaría el origen del culto guadalupano en México y su posterior crecimiento y consolidación.
El Primer Concilio mexicano propuso controles a las imágenes que podían ser aceptadas en los templos o lugares de culto, así como la otorgación de licencias para su uso, se pronunció a favor de acabar con las «abusiones de pinturas e indecencia de imágenes» producidas por los indígenas que «no saben pintar ni entienden bien lo que hacen pues pintan imágenes indiferentemente de todo lo que quieren, lo cual todo resulta en menosprecio de nuestra santa fe» El 6 de septiembre de 1556, Montúfar predicó una homilía en la cual se pronunciaba partidario de la promoción del culto a la Guadalupana entre los indígenas. El 8 de septiembre de ese mismo año (1556), el arzobispo Montúfar obtuvo una respuesta sumamente crítica por parte de los franciscanos en boca de Francisco de Bustamante. La labor de la Orden Franciscana en la cristianización de América había estado imbuida por la filosofía erasmiana que rechazaba la veneración de las imágenes, de modo que cuando Montúfar se mostró favorable a difundir el culto de la imagen del Tepeyac lo que obtuvo en respuesta de Bustamante fue que el culto Guadalupano era idolátrico acusando a Montúfar de ser divulgador de los supuestos milagros de la imagen y el santuario. Juan Diego condujo a las personas que el obispo dispuso que lo acompañaran al lugar en que se había aparecido la Virgen y en el que debería erigirse su Santuario y pidió permiso de irse, pero no lo dejaron ir solo, sino que lo acompañaron a su casa, al llegar a la cual vieron que su tío estaba perfectamente sano; Juan Diego explicó a su tío el motivo por el que él llegaba tan bien acompañado y le refirió las apariciones y que la Virgen le había dicho que él estaba curado. El tío al oír el relato de su sobrino Juan Diego, manifestó que ciertamente la misma Señora lo había sanado, puesto que a él mismo se le había aparecido (quinta aparición) y añadió que le había dicho que dijera al obispo que era su voluntad que se le llamara “la Siempre Virgen Santa María de Guadalupe”. La Virgen entonces le dijo a él, que subiera a la cumbre del cerrito donde solía verlo y que cortara las flores que allí encontraría, invitándole a subir hasta la cima de la colina de Tepeyac para recoger flores y traérselas a ella. No obstante la fría estación invernal y la aridez del lugar, Cuauhtlatoatzin encontró varias flores entre ellas rosas de Castilla. Una vez recogidas las colocó en su «tilma» y se las llevó a la Virgen, que le mandó presentarlas al obispo como prueba de veracidad. Una vez ante el obispo el santo abrió su «tilma» y dejó caer las flores mientras que en el tejido apareció, inexplicablemente impresa, la imagen de la Virgen de Guadalupe, que desde aquel momento se convirtió en el corazón espiritual de la Iglesia en México.
Luis Lasso de la Vega atribuye el Nican Mopohua a Antonio Valeriano de Azcapotzalco (c. 1520 – c. 1605), que habría sido un indígena noble del siglo anterior (pariente de Moctezuma Xocoyotzin), y quien como estudiante del Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco habría sido uno de los alumnos nahuas de fray Bernardino de Sahagún (1499-1590).Gilberto Aguirre, quien acompañó a Garza-Valdés en el examen de 1999, examinó las mismas fotografías e indicó que, si bien estaba de acuerdo en que la pintura había sido extensamente forzada, se oponía a las conclusiones de Garza Valdés y sostuvo que las condiciones de realización del estudio fueron inadecuadas. La inexistencia de fotografías que comprueben la tesis de Garza Valdés, y el hecho de que esas tres imágenes sobrepuestas implicarían anacronismos históricos, ha desacreditado en medios investigativos las conclusiones de Garza Valdés. Al respecto él dijo a un periódico de San Antonio, Texas en el año 2002 lo siguiente:
¿Cuál es el color original del manto de la Virgen de Guadalupe?
Viste túnica rosa y manto azul, colores tradicionales en la Virgen, el primero por ser en tiempos bíblicos propio de las doncellas y el segundo como símbolo del color inalterable del cielo.
Varios escritores, entre historiadores, eruditos y religiosos se encargaron de responder a la afirmación de Icazbalceta mostrando documentación como el testamento de la hija de Juan García Martín, documento del siglo XVI que menciona a Juan Diego, por su nombre, y argumentando en favor de las Informaciones jurídicas de 1666 que los indígenas habían dado sobre la existencia y virtudes de Juan Diego:La fidelidad se expande durante la época colonial, extendiéndose a partir de la Ciudad de México en un primer plano, hacia sus alrededores, por el sur hasta la Capitanía General de Guatemala, el Virreinato de Nueva Granada y el Virreinato del Perú, por el norte hasta la Alta California, el Territorio de Nutca, las Provincias Internas y el Territorio de La Luisiana, por el este hasta España, la Capitanía General de Cuba, la Capitanía General de Santo Domingo y la Provincia de La Florida; y, por el oeste hasta la Capitanía General de Filipinas y la Gobernación de Taiwán.
Algunos historiadores y sacerdotes católicos, incluyendo el sacerdote historiador estadounidense Stafford Poole y el antiguo abad de la Basílica de Guadalupe Guillermo Schulenburg, han rechazado la existencia de Juan Diego.
En el contexto de la Reconquista española, dos fueron las imágenes que adquirieron notoriedad como parte de este movimiento social, político y religioso en parte del actual territorio de España: Santiago —incluso su advocación de Matamoros— y la Virgen de Guadalupe (Extremadura, España) teniendo una importante presencia en la naciente hispanidad. Esta imagen, venerada en el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe de Extremadura, tuvo un auge a partir del siglo XIV y hasta el XVII. Según la tradición católica, esta imagen llamada también Virgen morena fue esculpida por el propio apóstol Lucas, y fue hallada en el siglo XII cerca del río Guadalupe en la región de Las Villuercas. Algunas coincidencias del relato mariano de Guadalupe en España encontrarán coincidencias posteriores en el de la Nueva España, por ejemplo, la aparición en un entorno rural de manera casual a un vidente de bajo estrato social, el hallazgo e incredulidad de las autoridades religiosas que piden una prueba, la plasmación de su propia imagen en un objeto que dará al vidente, la sanación de un enfermo o la resucitación de un muerto como primeros milagros así como la orden de la construcción de un templo en donde se honre su hallazgo.”La misma fiesta del santuario de Guadalupe que todavía celebran hoy los indios en el día 8 de septiembre… así como celebran los españoles el 12 de diciembre…”.
¿Dónde se encuentra el verdadero manto de la Virgen de Guadalupe?
Por tal motivo se busca cuidarlo y protegerlo de posibles daños; actualmente se encuentra oculto, supuestamente, en la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México, que es su lugar de origen. Cached
Después de que Juan Diego fuera beatificado el 6 de mayo de 1990, en la Basílica de Guadalupe (México), en 1998, la Congregación para las Causas de los Santos decidió crear una comisión histórica para investigar la existencia histórica de Juan Diego Cuauhtlatoatzin. Esta comisión encontró en la tradición oral indígena, decisiva en cualquier estudio de los pueblos mexicanos, y en algunos documentos como el llamado Códice Escalada, fundamentos suficientes para afirmar la historicidad del indígena.De hecho una copia parcial muy antigua del manuscrito Nican Mopohua en 16 páginas que se cree podría datar del año 1556 se puede encontrar en la Biblioteca Pública de Nueva York que ha estado allí desde 1880 El 31 de julio de 2002 el papa Juan Pablo II canonizó a Cuauhtlatoatzin en la basílica de Guadalupe durante uno de sus viajes apostólicos a Ciudad de México.Para la década de los 30 del siglo XVI, y tomando como referente la fecha del Nican Mopohua, el proceso de Conquista de México se encontraba aún en proceso en gran parte del territorio del actual México, y menos de una década atrás iniciaba el esfuerzo imperial español de la evangelización en los territorios conquistados a cargo de las órdenes mendicantes. Según Lafaye, en ese entonces en la Nueva España las creencias “eran el producto inestable de aportaciones religiosas heterogéneas, debido a grupos étnicos desiguales”, así como “las comunidades indígenas en el mundo rural, los conventos en la sociedad criolla, el medio de los esclavos y de las castas en las ciudades, parecían haber sido focos específicos de apariciones de creencias sincréticas específicamente mexicanas, y de prácticas mágicas” cuyas coincidencias encontraron los recién conquistados a partir de la adopción o la imposición del catolicismo, con sus antiguas creencias.El misionero y lingüista Bernardino de Sahagún (1499-1590) escribió que el santuario del Tepeyac era extremadamente popular pero preocupante, porque ahora que estaba allí edificada la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe también llamaban a Nuestra Señora con el nombre de Tonantzin. Sahagún dijo que los fieles afirmaban que en náhuatl Tonantzin significaba ‘madre de Dios’ ―pero él los refutó diciendo que «madre de Dios» en náhuatl sería Dios y nantzin.
La historicidad de la aparición ha sido controvertida desde sus inicios, y una considerable cantidad de literatura ha sido publicada discutiendo los problemas que surgen cuando se intenta entender la aparición como un acontecimiento históricamente certero.
Meses después de esta serie de declaraciones, Schulenburg renunció espontáneamente a su cargo de abad de la basílica de Santa María de Guadalupe, cargo que había ejercido por más de treinta años.
¿Que vio la NASA en los ojos de la Virgen de Guadalupe?
En los ojos de la Virgen –revela– se encuentran reflejados los testigos del milagro guadalupano, el momento la que Juan Diego mostraba el ayate al obispo. Los ojos de la Virgen tienen así el reflejo que hubiera quedado impreso en los ojos de cualquier persona en esa posición.
La Virgen María de Guadalupe ha tenido un lugar importante en la historia de México, desde un poco después de la Conquista de México, hasta nuestros días.
¿Qué significan las 46 estrellas en el manto de la Virgen de Guadalupe?
Así mismo, el manto de la Virgen de Guadalupe representa el cielo, por lo que está cubierto de estrellas, las cuales son un total de 46. En conjunto estas estrellas forman una constelación que coincide con la fecha de la aparición de la Virgen de Guadalupe: 12 de diciembre de 1531.
Los Guadalupes, una sociedad secreta con actividad intensa entre 1811 y 1814 impulsada por los ideales liberales insurgentes, tomó su nombre en honor de la Virgen de Guadalupe como símbolo de unidad nacional. Esta sociedad fue una de las principales precursoras de la Independencia de México. El movimiento de independencia de México tuvo como primer estandarte la Virgen de Guadalupe. En su camino de Dolores a San Miguel el Grande, Miguel Hidalgo y Costilla se detuvo a orar en la iglesia de Atotonilco (Guanajuato) mientras sus seiscientos hombres esperaban en el atrio. Al salir enarboló una imagen capaz de unir al pueblo para la empresa de la Independencia Nacional. En el edicto de excomunión contra los insurgentes del 24 de septiembre de 1810, don Manuel Abad y Queipo, obispo de Michoacán, señaló que Miguel Hidalgo y Costilla «pintó en su estandarte la imagen de nuestra augusta patrona, Nuestra Señora de Guadalupe, y le puso la inscripción siguiente: Viva la Religión. Viva nuestra Madre Santísima de Guadalupe. Viva Fernando VII. Viva la América y muera el mal gobierno».Lasso de la Vega además afirma que el indígena Valeriano había oído la historia directamente de labios de Juan Diego Cuauhtlatoatzin (quien ―según el mismo Lasso― habría fallecido en 1548).
Con el tiempo, Juan Diego, movido por una tierna y profunda devoción a la Madre de Dios, dejó a los suyos, la casa, los bienes y su tierra y, con el permiso del obispo, pasó a vivir en una pobre casa junto al templo de la «Señora del Cielo». Su preocupación era la limpieza de la capilla y la acogida de los peregrinos que visitaban el pequeño oratorio, hoy transformado en basílica, símbolo elocuente de la devoción mariana de los mexicanos a la Virgen de Guadalupe.
En 1999 tras la inminente canonización, un grupo de canónigos de la Basílica encabezados por Guillermo Schulenburg escribió a Angelo Sodano sobre las serias dudas que tenían de la autenticidad de la existencia histórica de Juan Diego y que ignorar estos informes podría poner en duda la credibilidad y seriedad de la Iglesia.
¿Cuál es la historia del manto de la Virgen de Guadalupe?
La posición de las estrellas del manto que porta la virgen de Guadalupe, de acuerdo a estudios astronómicos, corresponden a la configuración exacta del cielo el día en el que esta imagen fue revelada. Cached
El Nican mopohua está contenido dentro de un libro más amplio, el Huei tlamahuiçoltica publicado en el año de 1649 por el bachiller criollo Luis Lasso de la Vega (1605-1660), capellán del santuario de Guadalupe. El título del Huei tlamahuizoltica se deriva de las dos primeras palabras del texto, impresas en gruesos caracteres en su primera publicación (‘El gran acontecimiento’, que son las dos palabras iniciales del texto). Este Huei tlamahuizoltica incluye ―además del Nican mopohua― textos introductorios, oraciones y el Nican motecpana (‘Aquí se pone en orden’) que es la lista de algunos milagros atribuidos a la Virgen en los años que siguieron a su primera aparición.
¿Quién es el ángel que está debajo de la Virgen de Guadalupe?
¿Qué simboliza el ángel en la Virgen de Guadalupe? El ángel que aparece en la imagen de la Virgen de Guadalupe representa, según especialistas, el ave que anunció su aparición de la virgen a Juan Diego. Además de que sus manos unen al cielo con la Tierra.
Al fortalecimiento del culto a la Virgen del Tepeyac contribuyó de manera decisiva la realización del Primer Concilio mexicano, que se celebró en la Ciudad de México entre el 29 de junio y el 7 de noviembre de 1555. El concilio fue organizado por el arzobispo Alonso de Montúfar y reunió a numerosos representantes de las órdenes monásticas de la Nueva España, entre ellos al franciscano Pedro de Gante; así como a los obispos Martín Sarmiento de Hojacastro (Tlaxcala), Tomás de Casillas (Chiapas), Juan López de Zárate (Oaxaca) y Vasco de Quiroga (Michoacán). Entre otras cosas, el Primer Concilio de la Iglesia novohispana resolvió reglamentar la manufactura de las imágenes religiosas, especialmente las realizadas por los indígenas. También se decidió favorecer el culto a los santos patrones de cada pueblo y todas las advocaciones marianas.Los Diarios de Juan Bautista a mediados del siglo XVI y las Cartas de 1797 de Servando Teresa de Mier, ambos dan la fecha 8 de septiembre para una celebración dedicada al natalicio de María (madre de Jesús):
El 11 de marzo de 1813, desde Ometepec (estado de Guerrero), José María Morelos expidió un decreto exaltando a la Guadalupana, «para que sea honrada y todo varón declare ser devoto de la Santa Imagen, soldado y defensor de la Patria» y dos años después pediría como última concesión ir a orar a la virgen antes de ser ejecutado en Ecatepec en 1815.
Al día siguiente, domingo 10, Cuauhtlatoatzin volvió a encontrar al prelado, quien lo examinó en la doctrina cristiana y le pidió pruebas objetivas en confirmación del prodigio. Ese mismo día tuvo lugar la tercera aparición en la cual la Virgen María mandó entonces a Juan Diego que al día siguiente, lunes 11, fuera a verla para que le diera la señal que haría que le creyera.
Los franciscanos decidieron mantener en el lugar una pequeña ermita. La decisión de mantener una ermita ocurrió en el marco de una intensa campaña de destrucción de las imágenes de los dioses mesoamericanos, a los que se veía como una amenaza para la cristianización de los indígenas. Se cree que uno de los primeros registros sobre la existencia de la ermita corresponde a la década de 1530. Los indígenas se dirigían al lugar siguiendo la tradición prehispánica. Dos décadas más tarde, no solo los indígenas acudían a la ermita del Tepeyac a venerar ―según documentos de la época― la imagen aparecida de la Virgen María. En efecto, a mediados del siglo XVI, la devoción hacia la imagen se había extendido entre los criollos.
De modo pragmático, el arzobispado de México hizo caso omiso de las advertencias vertidas por los franciscanos sobre la confusión que podía generar el culto de la imagen del Tepeyac entre los recién cristianizados indígenas del centro de México. Es en este contexto, según Gruzinski, que el lienzo de Guadalupe podría haber sido encargado a una manufactura indígena.Norberto Rivera Carrera, arzobispo de México, comisionó un estudio en 1999 acerca de la factura del ayate, Leoncio Garza Valdés, un pediatra y microbiólogo que había trabajado previamente en el Sudario de Turín, reclamó una inspección de fotografías de la imagen en las que el descubrió tres imágenes superpuestas en la tilma. La primera imagen sería la Virgen de Guadalupe de Extremadura, España con las iniciales M.A., en la segunda pintura la misma Virgen de Extremadura pero con rasgos indígenas y en la tercera la Virgen de Guadalupe del Tepeyac que conocemos hoy día. Sin embargo no pudo citar ningún otro observador independiente que haya visto las mismas características.El santo Juan Diego Cuauhtlatoatzin nació en 1474 en Cuautitlán, entonces reino de Texcoco, perteneciente a la etnia de los chichimecas. Su nombre era Cuauhtlatoatzin, que en su lengua materna significaba ‘águila que habla’, o ‘el que habla con un águila’.
Algunos historiadores califican como un sincretismo la asimilación de la imagen de la Virgen de Guadalupe con la de la deidad mexica Toci en el Tepeyacac ―el cual fue un sitio de adoración de la diosa― proporcionando una forma de que los españoles del siglo XVI ganaran el apoyo de la población indígena de México. Puede haber proporcionando a los indígenas mexicanos de siglo XVI un medio para practicar secretamente su religión previa a la conquista.
En esos días se encontraba al frente de la Arquidiócesis de México, Alonso de Montúfar, quien era conocido como uno de los principales impulsores del culto Guadalupano.Debido a su asociación con la justicia social, la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe se ha utilizado como símbolo en todas las regiones para promover movimientos políticos y movilizar a las masas. Por ejemplo, la imagen se ha utilizado de manera más notable en el movimiento de Independencia de México a principios del siglo XIX, el Movimiento de Trabajadores Agrícolas Unidos en los EE. UU. en el siglo XX y en causas políticas contemporáneas como la inmigración.
De acuerdo a la tradición oral mexicana, y lo descrito por documentos históricos del Vaticano y otros encontrados alrededor del mundo en distintos archivos, María, la madre de Jesús se apareció en cuatro ocasiones al indígena chichimeca Juan Diego Cuauhtlatoatzin en el cerro del Tepeyac, y en una ocasión a Juan Bernardino, tío de Juan Diego. El relato guadalupano conocido como Nican mopohua narra que tras la primera aparición, la Virgen ordenó a Juan Diego que se presentara ante el primer obispo de México, Juan de Zumárraga, para decirle que le erigieran un templo. Ante el escepticismo de Juan de Zumárraga pidió una prueba a Juan Diego. En la última aparición de la Virgen y por orden suya, Juan Diego llevó en su ayate unas flores que cortó en el Tepeyac, se dirigió al palacio del obispado y desplegó su ayate ante el obispo Juan de Zumárraga, dejando al descubierto la imagen de la Virgen María, cuyos rasgos han sido interpretados como “mestizos” a pesar de ser de piel mucho más clara que su homónima española. El parecido entre esa figura y la bordada en el entonces por todos conocido Pendón de Hernán Cortés sería la causa de que se le denominara Virgen de Guadalupe. La promoción oficial del culto guadalupano por parte de la Iglesia novohispana se inscribe en un proceso más amplio en el que la perspectiva humanista de los franciscanos y su obra misional fue sustituida por los preceptos adoptados oficialmente por medio de las resoluciones del Concilio de Trento. De acuerdo con estas, la Iglesia debería promover y conservar el culto a las imágenes de Cristo, la Virgen y todos los santos, en una clara reacción contra la iconoclastia protestante que prosperaba en el norte de Europa. Según el Nican Mopohua, texto hagiográfico publicado en el siglo XVII, las apariciones tuvieron lugar en 1531, ocurriendo la última el 12 de diciembre de ese mismo año. La fuente más importante que las relata fue el mismo Juan Diego, que habría contado todo lo que había acontecido. Posteriormente esta tradición oral fue recogida en un escrito con sonido náhuatl pero con caracteres latinos (técnica que ningún español sabía hacer y que solo muy rara vez usaban los indígenas); este escrito es llamado el Nican mopohua, y es atribuido al indígena Antonio Valeriano (1522-1605). Posteriormente en 1648 es publicado el libro Imagen de la Virgen María Madre de Dios de Guadalupe por el presbítero Miguel Sánchez, contribuyendo a recopilar todo lo que se sabía en la época sobre la devoción guadalupana.Basándose en la fecha del Primer Concilio Provincial Mexicano ―que se celebró en Ciudad de México entre junio y noviembre de 1555―, Edmundo O’Gorman (1906-1995) opina que Antonio Valeriano había escrito el Nican mopohua en 1556. León-Portilla acepta de la misma manera la hipótesis de O’Gorman.
El Nican mopohua (‘aquí se narra’, en idioma náhuatl) es el título de la narración en la que se cuentan las apariciones de la Virgen de Guadalupe. El elegante y complejo texto está escrito con sonido náhuatl pero con caracteres latinos.Desde la época prehispánica, el Tepeyac había sido un centro de devoción religiosa para los habitantes del valle de México. En esta eminencia geográfica localizada en lo que fuera la ribera occidental del lago de Texcoco se encontraba el santuario más importante de la divinidad nahua de la tierra y la fertilidad. Esta diosa era llamada Coatlicue (cóatl-cuéitl, ‘señora de la falda de serpientes’, en náhuatl), que por otros nombres también fue conocida como Teteoinan (téotl-nan, ‘dios madre’, o madre de los dioses, en náhuatl), Toci o Tonantzin (to-nan-tzin, ‘nuestra adorable madrecita’, en náhuatl), nombre que le fue dado posteriormente por los indígenas. El solsticio de invierno de 1531 tuvo lugar el día 12 de diciembre, de acuerdo con la UNAM. El templo de Toci fue destruido completamente como resultado de la Conquista.
Según la tradición católica, la imagen que hoy en día se expone en la Basílica de Guadalupe sería la misma que la de ese día del año 1531, aunque no hay certeza científica de ello. En 1555, Montúfar ordenó la remodelación de la ermita y la confió al clero secular. Los primeros registros de la aparición de la imagen mariana en la ermita corresponden precisamente a los años de 1555 y 1556. Entre otros testimonios tempranos del suceso se encuentran los Diarios de Juan Bautista y los Anales de México y sus alrededores. El primer documento afirma que «en el año de 1555 fue cuando se apareció Santa María de Guadalupe, allá en Tepeyacac», mientras que los Anales ubican el suceso un año más tarde: «1556 XII Pedernal: descendió la Señora a Tepeyácac; en el mismo tiempo humeó la estrella». En el siglo XVII, el chalca Domingo Francisco Chimalpahin Quauhtlehuanitzin recogería los primeros documentos en sus Relaciones de Chalco Amaquemecan, en los cuales ubica el suceso en 1556: Según diversos investigadores, el culto guadalupano es una de las creencias más históricamente arraigadas en el actual México y parte de su identidad, y ha estado presente en el desarrollo como país desde el siglo XVI incluso en sus procesos sociales más importantes como la Independencia de México, la de Reforma, la Revolución mexicana y en la sociedad mexicana actual, en donde cuenta con millones de fieles, algunos de ellos profesantes como guadalupanos sin ser necesariamente parte del catolicismo. Las raíces devocionales primigenias de esta imagen estarían en la Virgen de Guadalupe de Extremadura, por la cual tenían devoción los conquistadores españoles.De acuerdo con Joaquín García Icazbalceta, historiador del siglo XIX, fray Juan de Zumárraga (1468-1548) vivió muchos años, y se conservan de él muchas cartas y notas, y una regla cristiana que de acuerdo con Icazbalceta “que si no es suya, como parece seguro, á lo menos fue compilada y mandada imprimir por él”. Además agrega que en ninguno de estos textos menciona haber sido testigo del milagro que le adjudicarían más de un siglo más tarde. Por el contrario, dentro de la regla cristiana―que fue publicada en Nueva España antes de su muerte―, se pregunta lo siguiente: Juan Diego Cuauhtlatoatzin, laico fiel a la gracia divina, gozó de tan alta estima entre sus contemporáneos que estos acostumbraban decir a sus hijos: «Que Dios os haga como Juan Diego». Sahagún, al escribir sobre la devoción del Tepeyac en su libro Historia general de las cosas de Nueva España, dijo que el origen del culto a Tonantzin «no se sabía de cierto».
La tradición católica cree que la aparición de la imagen de la Virgen de Guadalupe fue en el año 1531, diez años después de la caída de México-Tenochtitlan en manos de los españoles. Esta fecha aparece registrada en el Nican mopohua (uno de los capítulos que integran el Huei tlamahuizoltica, obra en lengua náhuatl publicada por Luis Lasso de la Vega) y que la tradición atribuye al indígena Antonio Valeriano.
Cuauhtlatoatzin murió en 1548, con fama de santidad. Su memoria, siempre unida al hecho de la aparición de la Virgen de Guadalupe, atravesó los siglos, alcanzando la entera América, Europa y Asia.Se tiene por costumbre que tales peregrinaciones no solo incluyan fieles y organizadores, sino danzantes llamados Matlachines, quienes lideran las procesiones hasta llegar a la basílica.
¿Que hay en el manto de la Virgen de Guadalupe?
El manto de la Virgen representa el cielo y éste cuenta con 46 estrellas, las cuales, forman la constelación del día de su aparición. Además, el color verde también tiene un significado, esto se debe a que simboliza a una emperatriz. Cached
El sacerdote católico Luis Becerra Tanco (siglo XVII) cuenta que en una fiesta del 12 de diciembre de 1666 ―solo diecisiete años después de la publicación del Huei tlamahuizoltica ― oyó a unos aborígenes que durante la danza cantaban en náhuatl cómo la Virgen María se le había aparecido al aborigen Juan Diego Cuauhtlatoatzin, cómo había curado al tío de este y cómo se había aparecido en la tilma ante el obispo.La fiesta de la Virgen se celebra el 12 de diciembre. La noche del día anterior, las iglesias en todo lo ancho y largo del país se colman de fieles para celebrar una fiesta a la que llaman «las mañanitas a la Guadalupana» o serenata a la Virgen. El santuario de Guadalupe, ubicado en el cerro del Tepeyac en la ciudad de México, es visitado ese día por más de 5 millones de personas. En la misma línea Bernardino de Sahagún (1499-1590) expresa su preocupación que podría generar el culto en Tepeyac y el uso del nombre Tonantzin para llamar a “Nuestra Señora de Guadalupe”: Joaquín García Icazbalceta también negó la historia de la aparición e indicó en un informe confidencial al arzobispo Labastida, en 1883, que nunca existió tal persona llamada Juan Diego Cuauhtlatoatzin.
La crítica de Sahagún del culto en Tepeyac parece haber provenido principalmente de su preocupación por una aplicación sincretista del nombre nativo Tonantzin a la Virgen María. Fray Bernardino de Sahagún lo menciona en uno de sus textos denotando que las peregrinaciones indígenas a ese sitio persistían en la época del fraile.
En ese concilio, el arzobispo Montúfar ordenó que se examinaran las historias de los santuarios y de los iconos venerados en México, y que todos los que no tuvieran suficiente fundamento se destruyeran.En la Unión de Campesinos, su líder, César Chávez, era un católico devoto que recurrió a sus creencias religiosas para exigir mejores salarios y prácticas laborales para los trabajadores agrícolas en los EE. UU. Incorporó sus creencias religiosas en el movimiento organizando misas y oraciones antes de las reuniones, y dirigiendo una peregrinación de Delano a Sacramento en 1966 durante la Cuaresma. Al igual que en el movimiento de Independencia de México, la famosa peregrinación de 1966 que atrajo la atención nacional sobre la causa fue encabezada bajo un estandarte con la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe. El 8 de septiembre del año de 1556, con motivo de la celebración de la Natividad de María, Francisco de Bustamante durante un sermón afirmó lo siguiente:Ya adulto y padre de familia, atraído por la doctrina de los padres franciscanos ―llegados a México en 1524―, habría recibido el bautismo y el nombre hispano de Juan Diego, y su esposa se llamó María Lucía. Se celebró también el matrimonio cristiano. Su esposa falleció en 1529.
Según la tradición católica, el cuerpo de documentos históricos aceptados por la iglesia, y esencialmente la narración del Nican Mopohua, el llamado milagro guadalupano ocurrió de la siguiente manera:
El 12 de octubre de 1895, la Virgen de Guadalupe fue coronada canónicamente en México. En 1910 el papa Pío X la nombró patrona de América Latina. Pío XII la llamó “Emperatriz de las Américas” en 1945. La Basílica de Guadalupe en México es uno de los tres sitios cristianos más visitados en el mundo.
El día lunes 11 Cuauhtlatoatzin no fue al Tepeyac porque halló a su tío Juan Bernardino enfermo, su tío le pidió a Juan Diego que al día siguiente fuera a Tlaltelolco en busca de un confesor, pues estaba seguro de que iba a morir. Juan Diego obedeció y salió muy de mañana el día martes 12 de diciembre de 1531, pero recordando que la Virgen lo tenía citado y temeroso de que lo entretuviera y no lo dejara ir en busca del confesor, quiso evitar su encuentro y así, él en vez de seguir, derecho su camino, subió por entre el Tepeyac y el cerro al que estaba unido pensando rodear el Tepeyac por la ladera que mira al oriente hasta llegar a donde ahora queda el frente de la Basílica y tomar ahí el camino de Tlaltelolco. En su camino la virgen le salió al encuentro (cuarta aparición) y le explicó la situación de su tío. A esto respondió la Virgen María:
El Nican Mopohua narra que el sábado 9 de diciembre de 1531, mientras se dirigía a pie a Tlatelolco, en un lugar denominado Tepeyac, tuvo lugar la primera aparición de la Virgen María, que se le presentó como «la perfecta siempre virgen santa María, madre del Dios verdadero». La Virgen le encargó que en su nombre pidiese al obispo capitalino ―el franciscano Juan de Zumárraga― la construcción de una iglesia en el lugar de la aparición. Como el obispo no aceptó la idea, Cuauhtlatoatzin volvió a ver a la Virgen ese mismo día y ella le pidió que insistiese (segunda aparición).
La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe también está presente en la discusión política contemporánea sobre inmigración. Artistas como Ester Hernández y Consuelo Jiménez Underwood incorporan o reinventan su imagen en obras de arte que comentan sobre la política de inmigración. Por ejemplo, la serigrafía de Ester Hernandez titulada Wanted (2010) y Sacred Jump (1994) y Vigen de los Caminos (1994) de Consuelo Jimenez Underwood. En 1946 el Instituto de Biología de la Universidad Nacional de México comprobó que las fibras procedían de un agave, es decir, un maguey. De acuerdo con el restaurador José Sol Rosales en 1982, el análisis al microscopio de la tela en donde fue pintada la imagen y su comportamiento indican que está hecha de una mezcla de cáñamo y lino, no de fibras de agave como se creía,